Las proyecciones presupuestarias que el Ministerio de Hacienda había hecho en cuanto a los ingresos corrientes y contribuciones a mayo no pudieron ser alcanzadas.
De acuerdo con datos del Portal de Transparencia Fiscal de esta cartera de Estado, de enero a mayo del presente año se habían presupuestado un acumulado de $2,734 millones en ingresos corrientes y contribuciones; sin embargo, se llevan $2,728 millones, lo que equivale a $6.2 millones (-0.2 %).
Al analizarlo solamente por mes, en mayo se lograron recaudar $435.3 millones, lo cual es $73.2 millones (-14.4 %) menos a los $508.5 millones esperados por Hacienda.
A juicio de la economista Tatiana Marroquín, si bien esta no se considera una variación alarmante, ya que en lo presupuestado es un supuesto que puede caer o superar, pero al revisar en dónde están las caídas más significativas y los aumentos, se ve que el Impuesto al Valor Agregado (IVA) tuvo $22 millones menos de declaraciones esperadas, lo cual es importante porque son de los impuestos más significativos.
Además, otros impuestos selectivos al consumo como a la cerveza y cigarrillos (-20.7 % y -11.4 %, respectivamente) y otros impuestos no tributarios (que incluyen ingresos financieros, tasas y derechos y venta de bienes y servicios) registran las disminuciones más significativas comprado a lo que s esperaba.
Por otra parte, estas caídas se ha visto compensada por otros ingresos como la Contribución Especial de seguridad ciudadana (CESC) que no estaba presupuestado, es decir, lo que se recaudó del año pasado tocaba a las empresas declararlo y ahí provinieron $73.5 millones.
«En una situación normal estas caídas no serían tan significativas o alarmantes por el momento, pero por la manera que están emitiendo deuda de corto plazo y los problemas de liquidez del Gobierno hay que continuar viendo esa diferencia porque claramente se está al limite de la recaudación y emisión de deuda de corto plazo para lograr el día a día», dice Marroquín.
Por su parte, el analista económico José Luis Magaña, señala que las mayores recaudaciones se dan en abril, pero a partir de ese mes va a ser muy difícil que la brecha entre lo presupuestado y lo obtenido pueda superarse.
«Esto deja tres opciones al Gobierno: recortar financiamientos de programas, que ya hay $58 millones menos en programas sociales; financiarse con más deuda de corto plazo o financiarse con más impuestos al consumo», explica Magaña.
Los analistas consultados coinciden en que también hay que tomar en cuenta que la economía salvadoreña no muestra todavía una verdadera recuperación luego de caer -7.9 % en 2020. Por ejemplo, el Índice del Volumen de la Actividad Económica (IVAE) del país, al primer trimestre del año, estaba en 1 % promedio, por eso es poco probable que se tenga una mayor recaudación de impuestos por su estrecha vinculación económica ya que la mayoría son al consumo y al ingreso.
Fuente: El Economista