CARLOS SÁNCHEZ BERZAÍN,
Los resultados electorales en Guatemala, Ecuador y Argentina repiten el fenómeno latinoamericano del fraccionamiento de la representación con múltiples candidaturas, que dan la victoria a frágiles minorías. El respaldo popular a quienes ganan las elecciones es solo el de una primera minoría que no da gobernabilidad al elegido, lo que señala la continuación o el agravamiento de la crisis. Esta realidad urge la conformación de gobiernos de unidad nacional que estructuren mayoría consistente y eviten la deriva dictatorial.
La gobernabilidad en el ámbito de la “capacidad de gobierno” es “la situación en la que concurren un conjunto de condiciones favorables para la acción de gobierno”. Para la Organización de Estados Americanos “gobernabilidad significa estabilidad institucional y política, y efectividad en la toma de decisiones y la administración, que se relaciona con la continuidad de las reglas, instituciones, y en el paso de consistencia e intensidad de las decisiones”.
En la conformación del gobierno en los sistemas presidencialistas de la democracia latinoamericana, el primer elemento de gobernabilidad está dado por el mandato popular en elecciones, que es el respaldo y la confianza del pueblo en el candidato al que convierte en presidente, jefe de Estado y jefe del poder ejecutivo.
Los sistemas electorales latinoamericanos tienen en común la realización de elecciones generales en las que se vota por el presidente y vicepresidente de la república y por los integrantes del poder legislativo. Los legisladores son elegidos en la primera vuelta electoral en la que los candidatos presidente y vicepresidente no consiguen la mayoría y sigue la segunda vuelta o balotaje entre las dos primeras minorías. El resultado de la segunda vuelta elige un presidente con el forzado apoyo del desempate y otorga un mandato que no modifica la conformación del legislativo en el que solo tiene el respaldo de su primera minoría. Un presidente sin gobernabilidad.
La legitimidad del presidente de minoría relativa elegido en segunda vuelta está afectada además por la “abstención electoral”. La Corte Interamericana de Derechos Humanos define la abstención electoral como “simplemente la no participación en el acto de votar de quienes tienen derecho a ello”. La mayoría de los sistemas en países latinoamericanos establecen el “sufragio obligatorio” que considera “el sufragio como un derecho y una obligación ciudadana”, mientras que es solo un derecho cuando es voluntario.
Este año, en las elecciones de Guatemala en la primera vuelta con una participación del 60,08% la candidata Sandra Torres obtuvo el 21,10% de apoyo y Bernardo Arévalo el 15,51%; en la segunda vuelta votó el 44,98% y ganó Arévalo con 60,90% y Torres obtuvo 39.10%. El ausentismo ganó y el voto real del presidente electo en la primera vuelta fue del 9,44% y en la segunda vuelta del 27,39%.
En Ecuador votaron el 82,2% y en primera vuelta Luisa González obtuvo el 33,61% de respaldo y Daniel Noboa el 23,47%. La segunda vuelta será el 15 de octubre y quien resulte ganador es solo una minoría en el poder legislativo, con la posibilidad de repetir la ingobernabilidad del presidente Guillermo Lasso, que ha llevado al país a la crisis que motivó esta elección anticipada por “muerte cruzada”.
En Argentina, el resultado de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) con 69,62% de participación la Libertad Avanza, con Javier Milei, obtuvo el 30,04%, Juntos por el Cambio, eligiendo a Patricia Bulllrichl, el 28,27% y Unión por la Patria el 27,27% eligiendo a Sergio Massa. Ganó el ausentismo con 30,38% y si estos indicadores se mantienen en la primera vuelta del 22 de Octubre, sobrevendrá una segunda vuelta y se producirá un presidente(a) de minoría.
Es solo repetición lo que ya sucedió en Perú el año 2021, cuando Pedro Castillo obtuvo en la primera vuelta el 18,92% de respaldo popular con una participación del 70,05% y Keiko Fujimori el 13,41%; en la segunda vuelta Castillo recibió el 50,13% de los votos y Fujimori el 49,87%. En Chile, en 2021 con la participación del 47,33% Gabriel Boric obtuvo el 25,83% como segunda minoría frente a José Antonio Kast, que recibió el 27,91%; en la segunda vuelta ganó Boric con el 55,87% con una participación del 55,64%. En las elecciones de 2022 en Colombia, con 54,98% de participación de inscritos, Gustavo Petro obtuvo el 40,34% en la primera vuelta y con el 58,17% de votantes inscritos se hizo presidente con 50,44% en la segunda. Todos los gobiernos de minoría condenados al inmovilismo o camino a la dictadura.
Esta es la crisis del sistema presidencialista que afecta a la democracia, pero mientras los líderes latinoamericanos asuman el sistema adecuado es el parlamentarismo, urge buscar mayor legitimidad y gobernabilidad que solo es posible con gobiernos de unidad nacional establecidos en base a “políticas de estado”.