Las elecciones parlamentarias del domingo en Perú dieron como resultado un Parlamento fragmentado en el que ningún partido tiene la mayoría.
Las elecciones extraordinarias que fueron celebradas porque el presidente, Martín Vizcarra, disolvió el Congreso, concluyeron con el desplome del fujimorismo y una sorpresa muy llamativa, el regreso después de 20 años de un partido milenarista y mesiánico.
Con casi la totalidad de las actas contabilizadas, el Frente Popular Agrícola del Perú (Frepap) se volvió la segunda fuerza más votada y obtuvo 16 de los 130 escaños del Parlamento.
Para la gran mayoría, incluso para los propios líderes del partido, el ascenso del brazo político de la ultraconservadora congregación religiosa Misión Israelita del Nuevo Pacto Universal (Aeminpu) fue completamente inesperada.
Carlos Ernesto Ráez, un antropólogo peruano que ha estudiado a esta organización política y a su congregación religiosa en profundidad, le dijo a BBC Mundo que «los israelitas», como los conocen en Perú, tenían la esperanza de superar la valla electoral, el umbral mínimo para entrar en el recuento.
«Pero no pensaban conseguir el segundo o tercer puesto a nivel nacional», afirma Ráez.
Aunque siguen siendo una fuerza minoritaria, el analista cree que la presencia de estos parlamentarios en el Congreso se hará notar.
«16 no es un número nada desdeñable, si tenemos en cuenta que todas las bancadas están en números no muy lejanos», señala Ráez.
«Siendo la segunda o tercera fuerza, será importante contar con sus votos. Ellos han dicho que no harán alianzas formales con ningún partido político, pero si consideran que hay una propuesta que concuerda con su agenda, dicen que no tendrán inconveniente en votar por ella».
Los medios han respondido con incredulidad, preguntándose cómo no lo vieron venir.
Y organizaciones como la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (Confiep) han enfatizado que el sorprendente resultado de Frepap no deja de otorgarles un margen de maniobra más bien limitado.
«No tienen mayoría y lo que van a necesitar es consensuar con las demás bancadas para lograr alguna luz al final», señaló la presidenta de Confiep, María Isabel León.
«Ellos pueden tener posiciones particulares sobre temas particulares, pero eso no significa que con 16 o 17 curules vayan a definir el futuro solamente ellos, de acuerdo a su visión, del país», añadió.
¿De dónde salió Frepap?
El partido fue fundado en 1989 por Ezequiel Ataucusi Gamonal para hacer más efectiva la prédica de los israelitas, pero también con la esperanza de darles visibilidad, legislar en favor de sus proyectos y hacer que dejaran de estar en los márgenes de la sociedad.
Ataucusi Gamonal se había unido primero en Lima a una iglesia adventista pero luego la abandonó para formar su propia iglesia en 1968.
Tanto los religiosos israelitas como los simpatizantes del Frepap creían que él era la representación de Cristo en la Tierra.
Hoy, su hijo Ezequiel Jonás Ataucusi, lidera el partido.
Las enseñanzas que predicaba eran una mezcla el Viejo Testamento y la cosmovisión inca, en la que Perú representaba la tierra prometida.
«Para los israelitas, Perú es un país privilegiado. Es el Israel de Occidente, así como Ataucusi era el Cristo de Occidente», señala el antropólogo.
«Por eso su misión es, entre otras, difundir la importancia de este país como espacio de salvación».
Aunque creen que la democracia es una vía para difundir su prédica, en su ideario se manifiestan como un partido teocrático.
«El fin último, en algún momento no determinado en el futuro, es establecer una teocracia«, explica Ráez.
«¿Cómo llegar eso? Ellos creen que en algún momento va a haber una crisis económica, social, ambiental, política en Perú y en el mundo que va a causar tanta tribulación, que el mismo pueblo será el que le pida a los israelitas que asuman el control».
En la práctica
En términos más prácticos, es un partido que, en su doctrina religiosa y en lo político, ensalza la importancia del agro, que ve como una actividad bendecida. Consideran que la agricultura familiar será el motor de la agroindustria.
Como parte de sus propuestas, quieren crear un instituto de investigación agraria en cada provincia y establecer un pago más justo para los agricultores.
«Todo está muy ligado a desarrollar la actividad agropecuaria en el país, para que desarrolle todo su potencial», dice Ráez.
Otras propuestas incluyen la eliminación de la inmunidad parlamentaria, la reducción de la jornada laboral de 48 a 44 horas sin reducir el salario y aumentar el impuesto a la riqueza, como proponen también otros partidos, además de impulsar la educación moral y ética en las escuelas.
Es, además, un partido que se proyecta en su estatuto de forma internacional (incluso llegó a haber un Frepap en Bolivia).
Muchos destacan su conservadurismo en torno al rol de la mujer en la sociedad así como su posición frente a los homosexuales.
En una conferencia de prensa transmitida el lunes, Wilber Cayllahua, uno de los candidatos del Frepap, se refirió a los gay como personas «que tal vez tienen enquistado el mal en el corazón».
Ráez reconoce que sus palabras fueron desafortunadas, pero dice que, más tarde, «enviaron un mensaje más conciliador sobre la homosexualidad, en el aceptan la unión civil».
«Si bien son conservadores en su esencia y pensamiento, muy ligado a la doctrina religiosa, que está pegada a la Biblia, han sabido demarcar los límites entre lo político y religioso».
Respecto al rol de la mujer, Ráez dice que, por su experiencia, ha visto que han tenido «un papel horizontal».
«He conocido mujeres con cargos principales. En ese aspecto, no se puede decir que hay sumisión de la mujer. En el aspecto político hay participación igualitaria».
Avance
¿Cómo llegaron a donde a ocupar la posición que tienen hoy?
«La respuesta tiene varias aristas, pero, por un lado, hay un descontento que el Frepap ha sabido canalizar», dice Ráez.
«Este partido perdió la inscripción política en 2011. Desde entonces han hecho un trabajo por volver a inscribir el partido. Y han hecho una campaña que, aunque no ha estado bajo la atención de los medios, ha logrado visibilizarlos como opción, incluso como voto de protesta«, explica.
Han hecho campañas austeras, pero eficaces, agrega: «Muchos de los israelitas son transportistas, entonces cuando hacían caravanas proselitistas, ellos ponían su transporte a disposición».
Fue una campaña comunicada en un modo muy cotidiano, agrega.
Fuente: BBC Mundo