Con toda su experiencia en la diplomacia estadounidense y como enviado especial de la administración Trump para Venezuela e Irán, Elliott Abrams, analiza por qué Maduro sigue en el poder. Y también da las claves para promover el regreso de la democracia a Venezuela.
Abrams recuerda que durante el período de Trump, Estados Unidos impuso sanciones generalizadas a la economía venezolana. También hizo maniobras diplomáticas contra el régimen de Maduro. Muchas de esas políticas continúan con Biden, comenta.
Pero también hace un mea culpa. «Sin embargo, la política no logró desalojar a Maduro ni mejorar la situación de los derechos humanos en Venezuela, y mucho menos devolver a ese país a la democracia».
«En esencia, el régimen no es una dictadura militar, sino una empresa criminal, cuyas élites están estrechamente vinculadas al narcotráfico y otras actividades ilícitas», afirma.
Dice que esos líderes del régimen temen que cualquier cambio político signifique que tendrán que pagar por sus crímenes y resistirán. El diplomático apunta a 10 elementos clave que deberían cambiarse para lograr que Maduro ceda el poder.
Un decálogo para acabar con el chavismo
Lo primero que apunta en la lista Abrams es la necesidad de aislar internacionalmente a Maduro. «El apoyo externo puede permitir que sobreviva incluso un régimen débil o impopular. El régimen de Maduro ha recibido asistencia de inteligencia de Cuba, Rusia, China e Irán», afirma, Abrams, Pero también, recuerda que algunas democracias occidentales se plantaron al lado de Maduro.
Sancionar económicamente a los miembros de las élite chavista y sus familiares. Abrams sostiene que si las sanciones no afectan directamente a las élites gobernantes no cambiarán su conducta. Pero los líderes siguieron moviéndose por el mundo libremente. También sus bienes. «En muchos casos, sus familias vivían en el extranjero con esplendor gracias a las ganancias mal habidas. Las sanciones deben afectar directamente a los funcionarios civiles y militares que dirigen el régimen para tener el máximo impacto».
También apunta al liderazgo democrático venezolano. «La oposición venezolana nunca pudo demostrar a los ciudadanos que la eliminación del régimen conduciría a una mayor prosperidad para el país». Explica que la gente pensaba que Maduro era el responsable del colapso económico del país. «(…) pero eso no significa que creyeran que la oposición podría traer mejores días». Dice que los Departamentos de Estado y del Tesoro de los Estados Unidos tenían planes económicos detallados que habrían dado dinero en efectivo a todas las familias venezolanas e impulsado la economía». Esos planes nunca se ejecutaron.
Supervivencia personal pero no política de los chavistas. «Los líderes del régimen deben ver una salida en la que puedan sobrevivir o rechazarán el cambio». Dice que los altos jerarcas deben ver alguna forma de sobrevivir después del cambio de régimen.
Lo mismo con los altos jerarcas políticos debe reproducirse para los líderes militares. Abrams recomienda que ese sector «deben ver un futuro tanto para ellos como para su institución».
Cuidado con las políticas de dirigentes como Borrell. «Las naciones democráticas deben estar unidas en su enfoque, o el régimen utilizará las divisiones para debilitar a la oposición». Destacó que hubo cooperación «en momentos clave la falta de cohesión ayudó al régimen». Dice que en ocasiones el Alto Representante de la UE trabajó en contra de los Estados Unidos.
Abrams también critica que EEUU y otras democracias no pudieron proteger a los líderes democráticos en Venezuela. «Los líderes de la oposición enfrentaron palizas, exilio y prisión. «En algunos casos, las familias de los presos políticos necesitaban apoyo financiero»..
Estados Unidos y otras democracias deberían apoyar las negociaciones con el régimen si la oposición democrática las quiere. Explica que en 2019, diferencias internas en la administración Trump impidieron fortalecer las negociaciones lideradas por Noruega. «Esto debilitó la oportunidad de la oposición de utilizar las conversaciones para sus propios objetivos».
Mantener un apoyo financiero equilibrado. Abrams dice que EEUU y otras democracias deberían ayudar a los líderes democráticos a sobrevivir con ayuda financiera. «Pero existe el peligro de que se vuelvan dependientes del apoyo externo en lugar de generar un mayor respaldo interno, y el peligro de que las organizaciones de oposición se burocraticen cuando deberían ser fuerzas políticas ágiles dedicadas a ganarse el respaldo del público». Aconseja que se debe mantener un equilibrio adecuado.
Manejar con cuidado las expectativas de una acción militar. Abrams sostiene que declarar a favor de una intervención militar puede dar falsas esperanzas a los ciudadanos de que no necesitan luchar contra el régimen. «Si no hay ninguna intención de usar la fuerza militar, nunca se deben hacer las amenazas», concluye Abrams.