Su presencia en el aeropuerto internacional de Maiquetía el martes 11 de febrero, durante la llegada del diputado Juan Guaidó al país, le provocó una nota de protesta de la cancillería venezolana.
El diplomático afirma que se encontraba en la terminal aérea como “testigo de las libertades”, y como una especie de pared de contención de los actos de violencia y agresividad, lo que no representa algún tipo de injerencia.
“Se ha zanjado, no estaba solo, estaba la delegada de la Unión Europea, la representante de Rumanía y Polonia, y un número respetuoso de diplomáticos, no hicimos declaraciones, fue de manera discreta para evitar tensión y violencia”.
A pesar de lo ocurrido, mantiene su postura conciliadora entre las partes en conflicto político en el país, a pesar de la “desconfianza y tensiones” que se mantienen en el ambiente, y que solo “alejan las soluciones pacíficas y negociadas”.
“Fui al aeropuerto como todo diplomático puede hacerlo, estuve con otros jefes diplomáticos para evitar que hubiese violencia entre los venezolanos”.
El “impasse” con el Ejecutivo de Nicolás Maduro pareciera estar “zanjado”, de acuerdo a la opinión del representante francés en Caracas. Su reunión con el vicecanciller para Europa, Yván Gil, permitió que se reafirmara su derecho a trabajar como embajador.
“La diplomacia es hablar con todos los responsables políticos venezolanos y convencerlos de que una negociación es posible, sin injerencia, pero creemos en el futuro del país”.
Fuente: El Carabobeño