sábado, noviembre 23, 2024
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Empresas venezolanas en riesgo de quebrar ante la pandemia, según estudio

Un estudio realizado por PGA Group reveló que un 42% de las empresas venezolanas tiene preocupación por el impacto que la pandemia podría tener en sus compañías. Iván Acosta, director de PGA, señaló que de prolongarse la situación, muchas compañías podrían cerrar sus puertas.
El estudio fue aplicado a más de 168 empresas venezolanas de diferentes sectores distribuidas entre empresas pequeñas (50 empleados o menos), medianas (50 a 300 empleados) y grandes (300 empleados o más). Un 48% del total alegó que la pandemia tiene un impacto significativo sobre su negocio.
Acosta explicó que la incapacidad de producir en este momento pone en riesgo la estabilidad de cualquier empresa, pues sin facturar es imposible generar ingresos.
El estudio arrojó también que la mayoría de las empresas distribuidas en estas tres categorías contestaron que la pandemia tiene un impacto muy negativo sobre el modelo de negocios. Este resultado fue compartido por el 49% de las empresas pequeñas, 46% las grandes y 33% las medianas.
El golpe a la capacidad productiva de las empresas venezolanas se deja ver en los resultados. 28% de las empresas espera recuperar el nivel de facturación que tenía antes del decreto de cuarentena después de seis meses.
Sin embargo, 50% dijo estar preparada para recuperar su capacidad operativa apenas un mes después de que finalice el decreto de alarma. 19% espera reponerse a los tres meses y 17% a los dos meses.

Pagos de nómina

La incertidumbre de las empresas venezolanas se refleja también en la manera en que pueden asumir los compromisos de pago mientras dure el decreto de cuarentena.
Según el estudio, 41% pagará en su totalidad los salarios y beneficios sin compromisos a futuro en caso de que la cuarentena se extienda.
Otro 16% pagará el total de los compromisos solo por un (1) mes y 7% cumplirá parcialmente con el pago de salario y beneficios hasta que finalice el decreto.
No obstante, un 35% planea mantener los compromisos de pago de salario y beneficios de forma indefinida, tal cual como estaba estipulado antes de la cuarentena.
Acosta explicó que el pago de sueldos sin facturación supone un problema para las empresas, pues estos pagos se convierten en egresos que no tienen un sustento productivo. Para esto recomendó replantear el concepto de los pagos cuando las compañías no están produciendo.

«En este momento, las empresas están cumpliendo un rol de apoyo a sus trabajadores. Sin embargo, no todas pueden costearlo si no tienen los recursos para afrontar un paro como este. Menos si la situación se prolonga», acotó.

Teletrabajo, una solución para algunos

Debido a seis años seguidos en recesión, las empresas venezolanas enfrentan el desafío de seguir produciendo. Una de las herramientas más usadas en Venezuela y en todo el mundo para esto es la modalidad de teletrabajo.
El estudio reveló que 96% de las empresas están aplicando esta modalidad total o parcialmente en las áreas que se puede, mientras que un 3% aun está considerando implementarlo. Sin embargo, existe un 2% que no tiene como aplicarlo porque requieren que el empleado esté en su lugar de trabajo.
Por otro lado, solamente un 8% de la muestra alegó estar totalmente preparada para implementar el trabajo desde casa. Esto supone un desafío a nivel logístico ya que las empresas deben tomar acción en medio de la crisis para reformar el modelo negocios y así adaptarse lo mejor posible para seguir operando de manera remota.

Subsidios del gobierno no solucionan nada

Para intentar paliar los fuertes impactos económicos del coronavirus, el régimen anunció un conjunto de medidas que, según expertos, poco ayudan ante la situación.
Entre las soluciones ofrecidas por el Ejecutivo está un plan de pago de nomina para empresas medianas y pequeñas. Sin embargo, 45% de las compañías encuestadas aseguraron que no harían uso de subsidios gubernamentales. Solo un 10% dijo que lo usaría inmediatamente y un 26% todavía no lo decide.
Acosta explicó que esto podría deberse principalmente a que la ayuda del gobierno en realidad no representa ningún alivio. Casi ningún trabajador gana sueldo mínimo y el verdadero valor del trabajo de los empleados se ve reflejado con bonificaciones en moneda dura, por lo que asumir el pago de una nómina en bolívares no es algo que pueda considerarse una solución.

«Si el apoyo que está propuesto tiene ese bajo nivel de alcance, no vale la pena plegarse a él», sentenció el experto.

Aunado a esto, Acosta detalló que la experiencia en el pasado con estas estrategias del gobierno no ha sido buena porque normalmente supone una complejidad logística para que se ejecuten los pagos.

Si la situación se prolonga, muchas empresas van a cerrar

Acosta señaló que no todas las empresas tienen la capacidad de resistir meses sin facturar en caso de que la situación se prolongue. Agrega además, que reactivarse también puede implicar un gasto significativo.
Por esto la capacidad de resistir no solo depende de la posibilidad de estar meses en pausa sin facturar y asumiendo compromisos de pago, sino también un posible costo de reinversión para iniciar operaciones una vez que el decreto finalice.

«Las empresas no están diseñadas para detenerse. Prolongar una empresa durante meses sin actividad comercial pone en riesgo a la compañía», detalló Acosta.

El director de PGA Group pronosticó que de extenderse esta situación muchas empresas terminarían cerrando sus puertas por la incapacidad de mantenerse a flote. «No van a poder aguantar, no todas tienen cómo hacerlo. Es por esto que muchas empresas empezarán a tomar medidas radicales para tratar de ganar tiempo minimizando lo más posible sus costos fijos», aseveró. Esto se traduce en reducción de nóminas, cese de compromisos de pago y más.
Al igual que en todo el mundo, esto traería como consecuencia una fuerte reducción de la oferta laboral y elevaría aun más los índices de desempleo.
Acosta señaló que la pandemia nos agarra en un momento en el que no estamos preparados. Ya en condiciones normales, las empresas ya deben aplicar resiliencia y hacer milagros para ser rentables en un país que ya está sumergido en una crisis sin precedentes.
La llegada del coronavirus supone un duro golpe para la ya postrada economía venezolana. Al cerrar el 2019, la consultora Ecoanalítica pronosticaba una caída del PIB para este año del 10%. Sin embargo, con la llegada del Covid-19 ahora se espera que la recesión se duplique a un 20%.
Además, la caída de los precios del petróleo por el malestar del coronavirus también supone un duro golpe considerando que ya el Estado tenía un grave problema de flujo de caja el cual rondaba los 2.500 millones de dólares.
Fuente: El Estimulo

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