Aunque, oficialmente, el veredicto de la causa denominada “Vialidad” (que investiga la supuesta asociación ilícita para malversar fondos de la obra pública) es un misterio, Cristina Fernández de Kirchner será condenada. ¿Cómo se sabe esto si falta una semana que se expida el tribunal? Por la actitud de la misma acusada. Esta mañana, haciendo uso de sus últimas palabras antes de escuchar el fallo, CFK les dijo a los jueces que son “un pelotón de fusilamiento”.
Una vez más, como hizo en todo el proceso, la vicepresidente argentina volvió a hacer referencia al “lawfare”, al “partido judicial” y a culpar a Mauricio Macri. En su intervención final, realizada online desde su despacho en el Senado, Kirchner también insistió con mezclar el supuesto atentado en su contra con la causa que la tiene sentada en el banquillo de los acusados. Dos cosas que no tienen absolutamente nada que ver, salvo por la utilización política del asunto que le da permanentemente el kirchnerismo. Sin embargo, Cristina volvió a decir que era la “víctima” y no la jefa de una asociación ilícita.
Como ejemplo de lo delirante de sus argumentos presentados, CFK resaltó que la acusada de planificar el ataque en su contra «seguía en las redes sociales» al fiscal Diego Luciani, que ya era una figura muy conocida a nivel nacional. Evidentemente, cualquier cosa le sirvió a Kirchner para decir algo en los veinte minutos de su presentación. Otra perlita reiterada fue su fundamento para negar la figura por la que se la acusa: ella dice que los tres gobiernos kirchneristas fueron electos democráticamente, por lo que las gestiones no pueden nunca ser consideradas como una “asociación ilícita”. La semana que viene, cuando escuche la palabra “culpable” por parte del tribunal, se dará cuenta de su error.
Como si lo de «pelotón de fusilamiento» no fuera suficiente para enfrentar al tribunal, la vicepresidente fue aún más lejos y estableció un paralelismo que raya en lo ridículo entre los jueces y los militares de las dictaduras que sufrió el país entre los cincuenta y principios de los ochenta: “Estamos en una situación que va a tender a deteriorarse. Cuando desde las instituciones se conforma un partido, este verdadero partido judicial que vino a sustituir al viejo partido militar y cumple ese rol de condicionar, obturar las oportunidades de expresión en democracia y estigmatizar y disciplinar a los dirigentes en la República Argentina”, manifestó.
El próximo martes 6 de diciembre, la política argentina, y sobre todo las internas del gobierno, puede que comiencen a tener otro color. CFK será oficialmente condenada por gravísimos hechos corrupción. Hizo todo lo posible por evitarlo. No pudo.