El histórico resultado de los Demócratas de Suecia (SD), el partido aliado de VOX y miembro del Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR) en Bruselas, muestra el hartazgo de una sociedad, la sueca, que no está dispuesta a resignarse.
Los suecos presentaron en las elecciones de este domingo una enmienda a la totalidad a la sociedad multicultural [tan elogiada por el progresismo occidental] que ha provocado un aumento de los crímenes y de las violaciones en un país que no hace tanto era uno de los más seguros del mundo.
La llegada incontrolada y masiva de inmigrantes [sobre todo islámicos] ha cambiado la vida cotidiana de unas familias suecas que ahora han reaccionado dando a la formación liderada por Jimmie Akesson un segundo puesto que, a la espera del conteo final, le da el liderazgo en una aritméticamente posible coalición de gobierno alternativa al fracasado consenso socialdemócrata.
El resultado, sin duda, es un aviso a la derechita autodenominada moderada, que forma parte del Partido Popular Europeo, y que también es cómplice del fracaso multicultural al asumir todo el discurso izquierdista en materia de inmigración, un nuevo jarro de agua fría para las élites globalistas y otro indicio esperanzador del crecimiento imparable de fuerzas nacionales en toda Europa que, desde la sensatez y el sentido común, defienden la nación y quieren devolver la seguridad y la libertad a sus compatriotas.