CIUDAD DE PANAMÁ.- La entrada de migrantes irregulares que atraviesan la Selva del Darién, desde Colombia hasta llegar a Panamá crece de manera exponencial, según las estadísticas reportadas por Migración Panamá.
De acuerdo al último registro estadístico del ente oficial migratorio en una semana se agregaron a la lista alrededor de 5.000 personas. Hasta el 20 de mayo la Operación Flujo Controlado de Migrantes Irregulares cuantifica que han entrado por esa Selva 156.451 extranjeros frente a la última cifra de unos 151.000, hasta el 14 de mayo.
Desde inicios del año 2024, hasta el 9 de mayo, la Operación Flujo Controlado de Panamá registró un total acumulado de 146.945 migrantes irregulares que llegaron a su territorio en calidad de tránsito. Es decir que desde ese momento a la fecha se han agregaron 10.000 más a las estadísticas.
De este total cuantificado en esa oportunidad habían atravesado el Darién 93.860 venezolanos,11.010 ecuatorianos, 9.235 haitianos y 9.309 colombianos, según desagregó el ente oficial.
Las estadísticas históricas del flujo de migrantes irregulares indican que en 2019 llegaron 22.102 migrantes en 2020 fueron 8.594, en el 2021 se sumaron 133.653, en 2022 alcanzaron los 248.284 y en 2023: 520.085.
Dentro de las nacionalidades con mayor ingreso, de acuerdo a los reportes panameños Venezuela representa el 68%, según han señalado las autoridades en reiteradas oportunidades.
Cuando las personas que se embarcan en Colombia y llegan a Panamá (Bajo Chiquito) y de ahí a cuatro hora en una embarcación rudimentaria (curiara) van al segundo punto en Lajas Blanca quedan registradas y reciben alguna asistencia estatal como comida y pernocta, aunque es un lugar en donde se ofrecen “servicios” para los recién llegados que deben pagar. Estos luego son llevados a San Vicente, otro centro de recepción y destino final de esa travesía panameña.
Desde ese momento hay un control de las autoridades panameñas que destinan unos autobuses hacia la frontera de Costa Rica para que estas personas sigan su rumbo a la frontera con México para intentar entrar a Estados Unidos, un costo que asume Panamá para evitar que ese movimiento migratorio se quede en su territorio por más tiempo.
Buses para la frontera con Costa Rica
Desde el 13 al 20 de mayo salieron 118 buses de tránsito hacia la frontera de Costa Rica en donde después de un control verificado del registro previo se trasladan a los migrantes irregulares, informó Migración Panamá. Aunque del 29 de abril al 5 de mayo se habilitaron 174 buses, todo depende del flujo. A veces son más a veces son menos, según los datos aportados por Migración Panamá.
El presidente electo de Panamá, José Raúl Mulino ha venido haciendo las gestiones con países vecinos para cerrar ese paso, lo cual hasta ahora solo encuentra obstáculos, especialmente desde Colombia que ha mostrado su preocupación por el represamiento que se puede crear en el muelle de Necocli, Antioquia en Colombia desde donde los migrantes son llevados en lanchas por una travesía mar abierto hasta llegar a la “boca” de la selva.
Luego deben cruzar caminando el Tapón del Darién en donde pueden tardar entre 4 y 8 días, considerando los peligros de la zona como las condiciones climáticas extremas, los ríos caudalosos y los animales. Y terminan viendo «luz» cuando pisan territorio panameño en Bajo Chiquito, un pueblo selvático que la migración visibilizó.
«No podemos decir que vamos a hacer un muro de extremo a extremo del Caribe al Pacífico. No lo podemos hacer […] es imposible», dijo durante la presentación del gabinete ministerial del presidente electo, José Raúl Mulino.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) calcula que a este ritmo unas 800.000 personas, entre ellos 160.000 niños, podrían cruzar la jungla panameña este año.