Oscar Arnal,
Días atrás el gobierno realizó el llamado “Congreso mundial contra el fascismo, neofascismo y expresiones similares”. La paradoja es que el fascismo es un autoritarismo, antidemocrático, autocrático, patriotero, que pone al Estado como centro y lo sitúa por encima de la persona humana (corporativismo de Estado).
En Venezuela se vive en medio del autoritarismo cuando especialmente han reiterado que mantendrían el poder por las buenas o por las malas. El carácter antidemocrático lo observamos en unas elecciones que ha terminado decidiendo la Sala Electoral del TSJ, en violación a la independencia, separación y autonomía de poderes establecida en la Constitución. Los poderes públicos en Venezuela están secuestrados y arrodillados. La autocracia la observamos en que el presidente de facto es el epicentro de la toma de todas las decisiones y que junto a él hay una oligarquía gobernante que viola los derechos humanos y se ha enriquecido hasta el cansancio. El patrioterismo se evidencia en las decisiones que se toman invocando la supremacía del Estado y responsabilizando de todos los males al imperialismo norteamericano, cuando el argumento no es más que una excusa para amalgamar al poco público electoral con que cuentan. Ha vuelto a tomar vida la frase de Luis XIV “El Estado soy yo”. Para el presidente de facto y sus acólitos hay una supuesta “razón de Estado” que los faculta para cometer toda clase de atrocidades. Lo que no hay es una verdadera razón política, amparada en una razón moral. La crisis que vivimos hace recordar también a la Alemania Nazi y al jurista Carl Schmitt, quien justificó que todo ese derecho utilitarista que atropelló a muchos y asesinó a 6 millones de judíos tenía validez, y era una necesidad de Estado. Cuando lo cierto es que nunca la humanidad ha vivido un horror semejante. El fascismo creó el mito de la “Roma eterna”, el nazismo apeló al de la “raza aria”.
Hoy en Venezuela hace falta seguir denunciando cómo acaban con las libertades y el pluralismo, persiguen y encarcelan a más de un millar de venezolanos; mientras roban de manera descarada unas elecciones, incubando un estado de terror, situándose dentro de los totalitarismos: fascismo y nazismo.
Hay un refrán que dice “dime de qué te jactas y te diré de qué careces”. La conclusión es evidente, ¿realizan un congreso antifascista cuando lo que los define es el fascismo y el nazismo?…