La incautación de barcos, edificios y otros bienes de lujo, propiedad de empresarios colombianos que contrabandeaban petróleo, es solo la punta del iceberg del escándalo de Ecopetrol, la primera compañía de este rubro en el país que hoy gobierna Gustavo Petro.
Bastó que pasaran unas horas a partir de la confiscación de bienes valorados en 1,3 billones de pesos colombianos, para que salieran a la luz nexos de dichos empresarios con la narcoguerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) para revender crudo a la compañía, mezclado con petróleo venezolano. Es decir, se terminó de destapar todo un entramado que probablemente esté causando nuevos dolores de cabeza al mandatario izquierdista.
Es que si bien Petro criticaba en horas de la mañana “uno de los mayores robos al Estado colombiano” calculado inicialmente en 80 millones de dólares por parte de “delincuentes” que se hacían llamar “gente de bien y de los sectores más pudientes del país”, el presidente tuvo un error de cálculo al momento de hacer tales aseveraciones. El motivo sería justamente la posterior revelación respecto a la participación del ELN, la guerrilla que él tanto defiende y con la cual pactó un cese al fuego, emitiendo la orden a las autoridades de no atacar al grupo terrorista y exigiendo a todos sus funcionarios referirse a los integrantes de la organización con un “lenguaje respetuoso”.
Turbia red de contrabando
El paso en falso de Gustavo Petro no pasa inadvertido, menos aún para la senadora Paloma Valencia. “¿Qué dice el presidente de que el ELN haya sido socio mayoritario en el saqueo de Ecopetrol y al mismo tiempo nos pida platica para manutención?”, escribió en Twitter. Tampoco dejó pasar antecedentes del grupo terrorista en el mercado negro de crudo. “Los robos del oleoducto por el ELN, los han hecho en el Catatumbo que ellos controlan y con ayuda de infiltrados en Ecopetrol”, remató en la misma red social.
De manera que los empresario llamados a juicio por la Fiscalía General de la Nación deberán explicar tal relación con el grupo narcoterrorista así como el contrabando de crudo venezolano y si hay otras personas involucradas. Este último punto seguramente resulta incómodo para el Gobierno de Petro, dado su amiguismo con la dictadura venezolana. Sin embargo, será la investigación la que determine detalles sobre el hallazgo.
Un punto destacable es que desde hace un par de años Ecopetrol había detectado que en sus existencias había un crudo que no era de ellos, tal como apunta Semana. Hubo sospechas, presentaron las denuncias “y conforme avanzó la investigación, bajo la dirección entonces de Felipe Bayón, se constituyeron en víctimas”. Esto a su vez va en consonancia con un descubrimiento del año pasado en relación con la ruta del hidrocarburo venezolano construida con información falsa.
En otras palabras, lo que ocurría ya estaba claro: se estaban concretando ventas de petróleo “por más de 10 millones de dólares mensuales” a través de una red de contrabando de “alto nivel”, que usa la infraestructura de la petrolera colombiana Ecopetrol para sacar el crudo al mercado internacional, revelaba entonces Noticias Caracol.
Técnica del “barbacheo”
El crudo venezolano resultó ser de mala calidad, pero no importaba. Una vez en Colombia pasaba por un tratamiento que lo camuflaba y permitía su venta. En paralelo, se aplicó la técnica de “barbacheo” para robar petróleo que consistía en la instalación de válvulas en las redes de los oleoductos del país, de acuerdo con la investigación de la Dijín, Fiscalía, Inteligencia de la Armada y efectivos de la Unidad de información y Análisis Financiero de Colombia (Uiaf).
“El transporte de este petróleo robado a Ecopetrol se realizaría en camiones cisterna con una capacidad de 12000 galones. Además, el hidrocarburo, luego de ser mezclado con petróleo obtenido legalmente, era exportado a Europa, Singapur y otros lugares de Asia”, declaró a BluRadio Juan Guillermo Uribe, jefe de incautaciones de la Dijín.
Por si fuera poco, este reiteró que para el robo “tenían un enlace con el ELN”. Como consecuencia, el presidente Gustavo Petro quizás deba explicar por qué aboga tanto por un grupo criminal que continúa haciendo de las suyas en contra de los intereses del país.