Los informes de la revista Semana sobre los archivos de alias ‘Uriel’, que revelan una presunta financiación por parte del ELN a políticos en Ecuador, incluyendo al candidato presidencial Andrés Arauz, levantaron la polvareda en Latinoamérica, pero sobre todo en Ecuador.
Y es que el país andino desafortunadamente ha tenido desde hace décadas la influencia guerrillera en su territorio. Fue allí donde se destaparon los computadores de Raúl Reyes, que revelaban las relaciones de políticos colombianos con las FARC, pero que gracias al sistema judicial dominado por las izquierdas fueron desvirtuados.
De ese computador surgió el famoso alias de “Teodora Bolívar”, que se le atribuía a la exsenadora Piedad Córdoba, quien aún circula impune por la política colombiana. (Invitamos a consultar el libro Los documentos de las FARC, del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos).
Esos archivos también mostraban apoyos, en este caso de las FARC a políticos ecuatorianos y cómo hacían lobby inclusive con militares de ese país. Bueno, no sobra recordar que Raúl Reyes fue abatido en Ecuador en los tiempos en los que Rafael Correa fue presidente y que se molestó muchísimo porque dieron de baja al narcoterrorista.
Ahora, con la situación generada por la información encontrada en los computadores del abatido líder narcoguerrillero del ELN, alias ‘Uriel’, la situación parece demostrar que la izquierda colombiana y el correísmo en Ecuador quieren impedir que se conozcan los vínculos de ese grupo terrorista con el candidato de Rafael Correa.
De allí, el flojo escandalo por la visita del fiscal colombiano a Quito.
Es muy grave, máxime cuando fue este mismo grupo el que puso un carro bomba en la Escuela de Cadetes General Santander que generó precisamente la crisis diplomática con la dictadura cubana.
Eventos construidos para cooperación non sancta
Los computadores revelan cómo los encuentros entre el ELN y Arauz, candidato de Correa, se dieron en el marco de la Internacional Progresista, que se llevó a cabo del 18 al 20 de septiembre del pasado año.
Interesante es que en esa cumbre participaron estrellas rutilantes de la extrema izquierda como el senador colombiano Gustavo Petro y el senador estadounidense Bernie Sanders.
No solo se entiende que así haya sido, sino que son una replica de «lazos de cooperación» que se dan en la Internacional Socialista, el Foro de Sao Paulo o el Grupo de Puebla. La maqueta es la misma.
Conectando datos
El ELN, según las computadoras de ‘Uriel’, apoyó con 80000 dólares al candidato de Correa en Ecuador. La cúpula del ELN está siendo protegida por el régimen cubano en La Habana. Los contactos para el apoyo se dieron en la cumbre progresista de septiembre pasado, y unos meses antes, en abril, otro de los participantes de la cumbre progresista, el senador Gustavo Petro, había viajado a La Habana, supuestamente para ser operado de un cáncer, aunque fue famoso el audio de un reconocido médico colombiano que lo atendió en Bogotá, en el que afirmaba que lo del cáncer de Petro eran puras mentiras.
Casualidad o no, el expresidente boliviano, Evo Morales, reconoció el fin de semana en una entrevista ofrecida a la agencia EFE que sus viajes a La Habana durante su exilio habían sido para coordinar con Cuba y Venezuela cómo retomar el poder, y no por motivos de salud, como había informado a través de su entorno oficial.
Ahora, los protectores del ELN, los cubanos, llevan a cabo toda una operación de desestabilización de Colombia, de cara a las elecciones de 2022, que obviamente beneficiaría a Petro.
Todos los caminos conducen a Cuba. Todo, absolutamente todo está conectado.
¿Qué sigue?
Con Nicolás Maduro en Venezuela, el correísmo posiblemente otra vez en Ecuador, y con elecciones presidenciales en Colombia, el próximo año sería el escenario ideal para la izquierda intentar tomar a Colombia también, todo como parte del mismo plan de los cubanos.
Fuente: PanamPost