El ciberataque que paralizó la mayor red de oleoductos de Estados Unidos no solo generó graves preocupaciones por el abastecimiento de combustibles y el evidente alza los precios. Las peripecias de un grupo de piratas informáticos conocidos como Darkside también sacaron a flote la necesidad energética del país que podría estar relacionada con la agenda de Joe Biden.
Son conocidas las medidas ambientalistas que tomó el presidente de EE. UU. en sus primeros días de gobierno. La mayoría fueron suspensiones de órdenes firmadas por el expresidente Donald Trump. Por ejemplo, canceló la construcción de Keystone XL, un oleoducto que iba a transportar petróleo desde Canadá hasta el sur de EE. UU. También ordenó detener las nuevas concesiones de extracción de petróleo y gas natural en terrenos federales y aguas territoriales.
Desde que era candidato, Biden se ha apegado a una agenda criticada incluso por defensores ambientalistas, ya que estaría ligada más a intereses políticos sin basarse en la ciencia. La aseveración vino de la misma activista Greta Thunberg a inicios de marzo.
«De un plumazo, la administración está cambiando el brillante futuro energético de Estados Unidos y encaminándonos hacia una mayor dependencia de la energía extranjera producida con estándares ambientales más bajos», dijo Mike Sommers, presidente del American Petroleum Institute, la mayor asociación de la industria petrolera del país, cuando Biden suspendió la perforación hidráulica en terreno federal.
País vulnerable
Ahora el reto es mayor. Largas filas hacían los habitantes de la costa este y sur de los EE. UU. para conseguir combustible luego de que el grupo de hackers hizo de las suyas contra el oleoducto Colonial.
Georgia, Alabama, Tennessee, Carolina del Sur, Virginia y Maryland fueron algunos estados que reportaron escasez. Los gobiernos de Carolina del Norte, Florida, Georgia y Virginia declararon estado de emergencia.
En el Distrito de Columbia 68 % de las estaciones de servicio estaban secas. El galón pasó de costar 2,297 dólares a 3,008 dólares en una semana, según la Asociación Estadounidense del Automóvil (AAA, en inglés), reseñada por EFE.
El resultado es un suministro de energía más vulnerable a ataques de este tipo, explicó el líder republicano de la Cámara de Representantes Kevin McCarthy. «La crisis del oleoducto Colonial muestra que necesitamos más energía estadounidense para impulsar nuestra economía, no menos».
«Los precios de la gasolina se están disparando. La escasez de gasolina está afectando partes de Estados Unidos. Sabíamos que esto sucedería cuando el presidente Biden canceló el oleoducto Keystone XL y revirtió nuestras políticas energéticas de Estados Unidos», escribió la gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem.
¿Seguridad energética?
El gobierno tuvo que echar para atrás medidas medioambientales ante la emergencia con la mayor red de oleoductos, esto denota que quizás la política ambiental de Biden no es la respuesta a la soberanía energética.
La primera afectó las exigencias de control de evaporación de gasolina en el oleoducto en los estados de Virginia, Maryland, Pennsylvania y en el Distrito de Columbia. La segunda levantó exigencias a la gasolina reformulada (RFG) y a la gasolina convencional para otros nueve estados de la costa este. Biden también suspendió los horarios para el transporte de combustible por carretera para contrarrestar la escasez.
Luego de seis días el Oleoducto Colonial, propiedad de Colonial Pipeline, restablece de a poco sus operaciones pero eso no significa que no volverá a ocurrir. «Son cada vez más sofisticados, frecuentes y agresivos», admitió el director de la agencia de ciberseguridad de Estados Unidos (CISA), Brandon Wales respecto a este tipo de ciberataques.
El temor de Biden
La suspensión del oleoducto Keystone XL costó miles empleos. Mientras que el proyecto de energía hidráulica o eólica tampoco promete ser totalmente eficiente cuando las condiciones climáticas se interponen, por ejemplo, congelando molinos de viento.
Joe Biden se pronunció ante esta contingencia que ha desembocado en el colapso del sistema de suministro. El mandatario pidió a los dueños de las estaciones de servicio no subir los precios. “Nadie debe estarse lucrando indebidamente con esta situación. Eso es lo que hacen los hackers. Así son ellos, nosotros no somos así”, dijo.
La siguiente frase del mandatario no hace más que recordar lo que ocurre cuando un gobierno, a través de medidas socialistas, controla y restringe el desarrollo de iniciativas privadas: «No consuma más gasolina de la que necesita… la compra de pánico solo ralentizará el proceso».
“Bienvenido al Green New Deal”, tuiteó el senador Ted Cruz en medio de las interrupciones de suministro.
Fuente: PanamPost