sábado, noviembre 2, 2024
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¿Está funcionando la narrativa electoral republicana?

SONIA SCHOTT,

Desde la campaña presidencial de 2016, el expresidente Donald Trump es conocido por usar apodos e insultos para expresar opiniones sobre rivales políticos o líderes extranjeros.

Faltando poco para las elecciones de noviembre, la vieja táctica sigue siendo la estrategia preferida, esta vez, contra la rival demócrata Kamala Harris.

Dada la radicalización política que se ha estacionado en el país, repotenciada por las plataformas sociales, este estilo funciona bien con su base de fieles partidarios, pero ¿podría ser acaso contraproducente para captar a nuevos votantes que ayuden a romper la tendencia que empata a ambos candidatos en las preferencias nacionales? incluso, el llamar a Harris comunista puede sonar impactante entre sus seguidores, pero ¿le hará ganar nuevos votos?

Muchas figuras prominentes dentro del partido republicano parecen opinar lo contrario.

Por ejemplo, la exembajadora ante Naciones Unidas y excandidata presidencial republicana, Nikki Haley dijo durante una entrevista con Fox News que Trump debería dejar de hablar del tamaño de las concentraciones de Harris, de su raza o su nivel de inteligencia y centrarse en los temas que más preocupan a la gente, como comprar una casa, conseguir un trabajo o cómo afrontar un futuro sin guerras en el horizonte.

Dentro de esa misma tónica, el Senador por Carolina del Sur, Lindsey Graham, dijo recientemente que «Trump, el provocador, el showman, puede no ganar estas elecciones” sin embargo se mostró convencido de que puede hacerlo si se enfoca en temas como la seguridad en las fronteras o en reducir la inflación.

Si bien “la economía estadounidense se ha expandido sostenidamente tras la recesión pandémica, generando bajos niveles de desempleo, crecimiento del ingreso real y una brecha salarial racial cada vez menor, esta expansión ha estado acompañada por desafíos como la inflación y tasas de interés más altas”, según The Brookings Institution.

La última encuesta de “Cook Political Report Swing State Project», publicada el miércoles pasado, mostraba que Harris superó o empató con Trump en todos menos uno de los siete estados clave, incluida Carolina del Norte.

“Harris tiene una estrecha ventaja en general en los estados en disputa, con el 48 por ciento de los encuestados diciendo que votarían por ella, en comparación con el 47 por ciento por Trump” según la encuestadora.

Para Anthony Salvanto, director ejecutivo de elecciones y encuestas de CBS News, “Harris va detrás de Trump en temas claves como: la economía, la inflación y la frontera, pero entre las mujeres votantes, a ella le va un poco mejor en economía y mejor que a Joe Biden”.

Desde que Biden renunció como candidato presidencial, abriéndole paso a Harris, Trump y su equipo parecen desorientados en su enfoque para ganar la Casa Blanca.

Si bien las descalificaciones personales parecen imponerse estos días, el punto de Haley es que es más importante centrarse en las políticas que en las personalidades.

El problema para Trump es que la eliminación de Biden de la lista demócrata parece un golpe no previsto, pues claramente esperaba seguir con el mismo guion.

Lo extraordinario de estas elecciones es que los cargos federales que enfrenta Trump: la condena por fraude y la posibilidad de que terminase en la cárcel quedaron en segundo plano.

El equipo legal de Trump está haciendo lo posible para que su sentencia por los cargos de fraude y los juicios futuros se retrasen hasta después de las elecciones y es muy posible que lo logren.

Hasta ahora, Harris no ha dedicado todo su discurso público en abordar estas cuestiones, sino que se ha presentado como el rostro nuevo y más joven, listo para liderar su país, pero los votantes necesitan saber más.

En discursos recientes, Trump atacó las políticas energéticas y de control de precios de Harris, acusándola de implementar un “plan Maduro” en referencia al dictador venezolano, pero aun así no pudo resistirse a atacarla personalmente, defendiendo su derecho a hacerlo porque ella lo estaba atacando y quería encarcelarlo.

Al final, el candidato que rompa este esquema de acusaciones y se gane la confianza de los votantes cruciales, con argumentos efectivos para reducir el costo de vida y defender los derechos y valores del país en un mundo cada vez más peligroso, será quien más posibilidades tendrá de ganar en noviembre.

Fuente: Diario Las Américas

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