El régimen de Daniel Ortega ha intensificado sus ataques en contra de la Iglesia Católica nicaragüense, de acuerdo a un informe elaborado por el Gobierno de los Estados Unidos que revisa el estatus de la libertad religiosa en más de 200 países del mundo.
«A lo largo del año, el presidente Daniel Ortega y la vicepresidenta Rosario Murillo ordenaron la detención, exilio y agresiones verbales en contra de sacerdotes y obispos tildándolos de criminales y golpistas», se asevera en el documento.
El informe hace especial énfasis en el caso del obispo Rolando Álvarez, detenido por la dictadura sandinista en agosto pasado y posteriormente sentenciado a cumplir una condena de 27 años de cárcel. De igual modo refiere que al menos 55 sacerdotes se vieron obligados a irse del país ante la persecución desatada por Ortega en su contra.
Finalmente, se llama la atención sobre los métodos de espionaje utilizados por la tiranía nicaragüense para hostigar a los creyentes durante la celebración de la misa en los templos del país centroamericano. Así, se deja en claro que los agentes del régimen “asistían para monitorear los sermones, impidiendo que se llevaran a cabo algunos servicios debido a la intimidación”.