EE.UU. ha aumentado las sanciones petroleras impuestas desde enero de 2019, al tiempo que deja canales de entrada de combustible para abastecer a las centrales eléctricas, la actividad agrícola y la distribución de alimentos, pero son canales que se están cerrando a medida que las opciones no militares comienzan a agotarse.
Las compañías petroleras que suministran combustible a Venezuela se están preparando para detener los envíos a finales de octubre, luego de que Estados Unidos anunciara nuevas medidas para poner fin a una excepción informal a sus sanciones petroleras contra el productor de la OPEP.
La española Repsol, la italiana Eni y la india Reliance han estado suministrando combustible a cambio de crudo de la estatal venezolana Pdvsa en transacciones que no incluyen pagos en efectivo, con la autorización, que a regañadientes, dio la oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
En las últimas semanas, el Departamento de Estado de los Estados Unidos ha estado discutiendo con los proveedores una reducción informal de la exención de combustible. El cambio está programado para ocurrir justo antes de las elecciones presidenciales y legislativas en Estados Unidos el 3 de noviembre.
El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, programó una parada de campaña en Florida en las próximas semanas para destacar la dura política de la administración hacia Venezuela y su aliado Cuba.
En una de las últimas transacciones, Gemma, con bandera de Malta, entregó una carga de diésel ultra liviano en azufre esta semana en la refinería El Palito, después de cargar en Milazzo, donde Eni y la estatal KPC de Kuwait operan una refinería de 235.000 b / d.
A diferencia de Reliance, que no tiene operaciones dentro de Venezuela, Repsol y Eni han estado utilizando la exención de combustible para cobrar la deuda de Pdvsa relacionada con sus operaciones upstream, específicamente de gas natural en el que cada uno tiene participaciones del 50%.
La italiana Eni, comentó que estaba también operando cumpliendo con el marco de las sanciones de Estados Unidos y continuaría haciéndolo siempre en franco diálogo con autoridades relevantes del gobierno de Donald Trump.
Este año, Estados Unidos ha aumentado las sanciones petroleras impuestas desde enero de 2019, al tiempo que deja canales de entrada de combustible para abastecer a las centrales eléctricas, la actividad agrícola y la distribución de alimentos. Esos canales se están cerrando a medida que las opciones no militares implementadas por Estados Unidos comienzan a agotarse.
Los partidarios de la línea dura de la administración de Estados Unidos y la oposición respaldada por Estados Unidos en su mayoría dirigida por exiliados, sostienen que la exención de combustible ha ayudado a Maduro a mantenerse en el poder. Pero algunos funcionarios de base de la oposición estadounidense y venezolana dentro del país reconocen que el combustible es fundamental para mantener al país con energía eléctrica y la producción agrícola en funcionamiento.
Sin una forma de recuperar el pago de Pdvsa por su gas, Repsol y Eni probablemente reducirían la producción y dejarían hambrientas a las centrales termoeléctricas. Y al hacer más escaso el gas pasaría como con la gasolina, que ahora se vende por hasta $4 por litro a los venezolanos que se encuentran desesperados por gasolina para poder trabajar en medio de la crisis por el nuevo coronavirus.
Dentro de Venezuela, Pdvsa ha estado trabajando para reiniciar las unidades de producción de gasolina en sus refinerías de 305,000 b / d Cardón y El Palito, pero las operaciones siguen siendo intermitentes en el mejor de los casos luego de años de mala administración y negligencia.