Cuando un país está aislado internacionalmente producto de sanciones o restricciones económicas provocadas por la conducta autoritaria de su régimen, lo que sucede es que para subsistir, se crean vías alternas de financiamiento. Por supuesto, dichos canales nacen bajo características de opacidad y confidencialidad.
Eso es lo que ha hecho el régimen cubano desde que la mal llamada revolución se instauró en 1959. Sin embargo, no fue sino hasta el apogeo del chavismo en Venezuela que la dictadura castrista consiguió una vía de financiamiento teñida de «programa social»: las misiones médicas. Actualmente, México figura entre los países que han recibido estos grupos bajo dudosas condiciones.
Pero el mapa de la ruta de la medicina cubana también incluye a Bolivia. En 2005 la isla y el recién electo Evo Morales acordaron 5000 becas para que jóvenes bolivianos estudiaran en el país caribeño. El problema, es que no se trató de una donación como lo hicieron ver ambos regímenes para darle continuidad a su retórica populista. Por el contrario, Morales desembolsilló dinero de los ciudadanos. Mucho.
Tan solo por concepto de alojamiento y alimentación de los estudiantes, Bolivia pagó 1,5 millones de dólares, según un documento confidencial revisado por El Deber. Todo fue pagado por los bolsillos de los bolivianos. Desde la matrícula hasta transporte e insumos.
Ayudar económicamente a la dictadura
La anterior cifra no incluye los 17000 dólares por costo anual del curso académico para cada alumno, ni los 1000 por cada matrícula. Y aunque la cantidad total por las becas cubanas no está retratada en el hallazgo, los números mencionados dan cuenta que detrás de supuestas causas sociales de la izquierda solo se esconde el beneficio económico.
Algo similar salió a la luz en México. Por ejercer en la nación norteamericana, los especialistas solo reciben pagos ínfimos. Como los 350 dólares que llegan a sus manos «porque el 95 % de lo que se paga por ellos se lo queda el régimen”, afirmó hace tres meses Mariana Gómez del Campo, diputada federal por el Partido Acción Nacional (PAN). En julio llegaron a ese país 60 galenos para aportarle el dictador Miguel Díaz-Canel 420.000 dólares mensuales.
En consecuencia, lo que pasó con Bolivia replica a la inversa la misma técnica, con bolivianos viajando a la isla para estudiar con «becas» cubanas a cambio de altas sumas de dinero. La información, previamente corroborada por la Fundación de los Derechos Humanos en Cuba, constata que Evo Morales firmaba convenios, «pero no para recibir donaciones o beneficiarse con la ejecución de programas, sino para ayudar económicamente a Cuba».
No es para menos que el documento haya sido clasificado como «confidencial» desde su creación. Ninguna de las partes podía divulgar, difundir o hacer pública la información intercambiada.
Esclavitud cubana en Europa
Que las misiones médicas cubanas se hayan configurado como una forma de esclavitud moderna para generar divisas no es un secreto. Desde América Latina hasta Europa han habido llamados de atención.
El caso más reciente vino de Calabria, al suroeste de Italia. Un grupo de diputados del Parlamento Europeo (PE) denunció que los médicos cubanos en esa región están siendo explotados bajo condiciones que violan sus derechos humanos.
El texto del pronunciamiento llegó luego de que se anunciara otra contratación por 497 médicos cubanos en Calabria. Allí quedó en evidencia la misma artimaña cuando se trata de dinero. De los 4700 euros mensuales, solo 1.200 euros serán pagados directamente por la región a cada profesional. Los otros 3.500 euros serán pagados a la Comercializadora de Servicios Médicos cubanos S.A. Es decir, al régimen.