CARACAS. – La crisis política de Venezuela entró en una nueva etapa luego de la salida de Edmundo González Urrutia, presidente electo según las actas escrutadas, a España, país al que solicitó asilo político.
“Edmundo luchará desde afuera junto a nuestra diáspora y yo lo seguiré haciendo aquí, junto a ustedes. ¡Serenidad, coraje y firmeza! Venezolanos, esta lucha es hasta el final y la victoria es nuestra», aseveró la líder opositora María Corina Machado el 8 de septiembre.
A su llegada, a bordo de un avión militar, Edmundo González Urrutia refirió que su exilio de Venezuela estuvo precedido de presiones, coacciones y amenazas, entre ellas la orden de aprehensión por denunciar fraude en las elecciones presidenciales del 28 de julio. Posteriormente, abogó por el respeto a la soberanía popular y la libertad de los cerca de 2,000 presos políticos detenidos luego de los comicios.
«María Corina y yo les aseguramos que esta lucha que iniciamos continuará hasta alcanzar los objetivos que nos pusimos, hasta el final. Agradezco al gobierno de España por brindarme apoyo y cobijo a mí y a mi familia en estos días tan difíciles. Compatriotas, no desmayen, que no los defraudaré», dijo González Urrutia en una carta leída por su hija menor, en Madrid, el 10 de septiembre.
El estratega político Ricardo Ríos expresa que, desde el punto de vista de la administración de Maduro, la salida de Edmundo González Urrutia alivia la presión y le evita el dilema estratégico de detenerlo o no.
“Detenerlo implicaba unos altísimos costos a nivel internacional y también interno, pero no detenerlo implicaba estar en contrasentido con su narrativa”, indica.
Para Ríos, el exilio de González Urrutia representa una victoria relativa para el régimen venezolano. “Al mismo tiempo, es una confesión de cuál es el sistema político que impera en Venezuela, donde un candidato presidencial, aparentemente perdedor según la narrativa del gobierno (régimen) tiene que irse como asilado político”, afirma.
Por su parte, María Isabel Puerta, profesora de Ciencias Políticas de Valencia College en Florida, afirma que la administración de Maduro busca profundizar la desesperanza.
“Se afincan en esto porque es una lucha existencial tanto para la oposición como para el régimen de Maduro. Entonces, ellos van a apelar tanto a la fuerza, la represión y la persecución política como a la manipulación psicológica”, señala.
La investigadora expresa que lo que se busca es desarticular al movimiento opositor.
Ricardo Ríos no cree que la salida de González Urrutia signifique una derrota catastrófica y que sea el fin del juego, pero, enfatiza, representa un revés.
“Si hablas con cualquier persona que apoyó a González Urrutia dice que asumió muy mal la noticia, fue una noticia triste, una noticia fuerte: Se va quien se supone tenía que asumir la Presidencia como candidato ganador”, indica el también presidente de Poder & Estrategia.
Añade que, en primer lugar, hay un revés anímico y este aspecto junto al moral es fundamental en la movilización política, “más allá de que haya posibilidades estratégicas que se especulan”. En este punto, subraya que aún no está claro el rol de Edmundo González Urrutia fuera de Venezuela.
Señala que esto se relaciona con las condiciones que se impusieron para la salida y la solicitud del asilo político al opositor y que no se han comunicado al país. “El país se enteró por la vocería de la vicepresidenta Delcy Rodríguez y no hubo una comunicación de la oposición, la comunicación fue al día siguiente”, apunta.
Margen de maniobra
El politólogo Fernando Spiritto, investigador de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), cree que la salida de Edmundo González Urrutia de Venezuela puede ser una oportunidad en el sentido de que tendrá mucha más flexibilidad y oportunidad para ejercer su rol en defensa de la democracia.
“Tal vez, González Urrutia no va a recibir tanto apoyo explicitico como lo tuvo Juan Guaidó cuando fungió como presidente interino, pero ciertamente va a tener acceso a escenarios muy importantes, por ejemplo, la Unión Europea”, puntualiza.
En este punto, destaca que Edmundo González Urrutia se distingue de Guaidó por el respaldo conferido por el voto de los venezolanos “y que ganó legítimamente una elección. Esto puede ser muy poderoso en el ámbito internacional”.
Spiritto indica también que el reto del presidente electo es no desaparecer del escenario político y de las expectativas populares. “Su reto es mantenerse presente”.
El estratega Ricardo Ríos puntualiza que una cosa es Edmundo González Urrutia y otra es María Corina Machado.
“El liderazgo siempre lo ha tenido Machado, pero Edmundo era como un bateador emergente que cumplió con el rol. El hecho de que María Corina permanezca en Venezuela tiene mucho peso, pero también es cierto que hay una desmovilización producto de la represión que ha generado miedo”, asevera.
A su juicio, dentro de los nuevos pasos para la oposición debe incluirse una instancia de decisión ampliada que trascienda. “La Plataforma Unitaria no es la instancia de amplitud necesaria y Machado está, como líder, muy aislada, pero quizás pase una fase de clandestinidad”, afirma.
Ríos ve con interés el anuncio de María Corina Machado del acercamiento a grupos donde hay disidentes del chavismo. “Esto que puede convertirse en una instancia ampliada de decisión colectiva política porque todo el peso no lo puede llevar ella individualmente”, señala.
La presión internacional
La investigadora María Isabel Puerta expresa que para la administración de Maduro resulta más complicado tocar a María Corina Machado.
“Maduro está fuerte y consolidado, pero a la vez recurre a la violencia y a la persecución y eso tiene un costo humano, utiliza a los miembros de su régimen político para ir en contra del vecino, del amigo, de la familia. La pregunta es hasta dónde donde puede llegar con este recurso sin que haya un quiebre interno y no me refiero a un quiebre militar ni una explosión social, sino a que la situación interna desde el punto de vista de Maduro va a hacer insostenible”, puntualiza.
Puerta destaca la importancia de mantener la presión de la comunidad internacional: “El riesgo que corremos es que esto pase al olvido como ha ocurrido en otras ocasiones. En Venezuela, hay un presidente electo y el gobierno de Maduro se robó la elección, esa es una realidad. Edmundo González Urrutia tiene una autoridad legítimamente ganada”.
El miércoles 11 de septiembre, el Congreso de los Diputados de España aprobó por mayoría la propuesta no de ley (PNL) del Partido Popular para instar al Gobierno de Pedro Sánchez a reconocer a Edmundo González Urrutia como “legítimo ganador de las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024 en Venezuela y, por tanto, como presidente electo y legítimo de Venezuela”.
“Hemos obtenido otra gran victoria. ¡Avanzamos! Los venezolanos agradecemos a cada uno de los diputados, de los distintos partidos, que votaron a favor de la soberanía popular, la democracia, la verdad y la libertad”, dijo María Corina Machado.
Para Ricardo Ríos, el impacto de la comunidad internacional, como actor heterogéneo, sobre la crisis venezolana es limitado en relación con cambios efectivos y determinantes en Venezuela.
“González Urrutia tendrá un rol en el exterior, pero su primer comunicado desde España fue muy distante con términos que da a entender que es de repliegue. Surgen las especulaciones de que quizás esa prudencia obedezca a que tiene su familia en Venezuela. No se sabe qué rol tan activo tenga como presidente electo, incluso pudiera pensarse en la conformación de un gobierno en el exilio”, puntualiza.