El fiscal dijo que un hombre presente en esas reuniones, un contador identificado como José Sánchez, que trabajaba para una empresa arrocera a través de la cual Fuentes lavaba dinero, contará al jurado «el shock, el miedo que sintió cuando vio al acusado sentarse con el presidente».
Y relatará que el presidente dijo a Fuentes «que transportaría tanta cocaína a Estados Unidos que ‘meterían las drogas por las narices de los gringos'».
El abogado de la defensa, Eylan Schulman, intentó desacreditar el eventual testimonio del contador en sus alegatos iniciales.
«Supuestamente 25.000 dólares es todo lo que lleva sobornar a un presidente», afirmó. El contador «tiene mucho que ganar y poco que perder» con su testimonio, advirtió, e indicó que espera recibir asilo en Estados Unidos a cambio.
La defensa también dijo al jurado que no debe creer el testimonio que prestará «uno de los peores asesinos en la faz de la Tierra», Leonel Rivera, exlíder del cartel hondureño Los Cachiros, que mató a 78 personas y está preso en Estados Unidos por trafico de drogas.
Los fiscales a cargo del caso consideran a Hernández como un «co-conspirador» de Fuentes en el envío de toneladas de droga a Estados Unidos, pero no ha sido inculpado ante la justicia.
El hermano del presidente, Tony Hernández, de 42 años, fue hallado culpable de narcotráfico «a gran escala» en Nueva York en octubre de 2019, y su sentencia, aplazada varias veces, está prevista para el 23 de marzo. Puede ser condenado a una pena máxima de cadena perpetua. Los fiscales aseguran que Tony era el intermediario entre Fuentes y el presidente de Honduras.
Fuente: Diario las Américas