«Estoy convencido de que el estrechamiento de las relaciones y la cooperación con los Estados parte mejorará el funcionamiento del régimen del Estatuto de Roma en consonancia con el principio de complementariedad. La comunicación es esencial para explicar el mandato de la Fiscalía y del TPI y fomentar la confianza de las partes interesadas», explicó el propio Khan, que espera «con interés la oportunidad de escuchar y de aprender de este mi primer viaje a la región».
En el caso de Venezuela, el TPI tiene abiertas dos investigaciones preliminares, de las cuales la más antigua (‘Venezuela I’) deriva de una denuncia presentada por varios países del Grupo de Lima y confirmada en febrero de 2018. Sobre la mesa están los supuestos abusos cometidos por las fuerzas chavistas desde abril de 2017 y, en términos generales, la represión de las protestas convocadas contra el régimen de Maduro. Por otro lado, en 2020, la oficina de la entonces fiscal señaló que hay indicios «razonables» de que pudieron cometerse crímenes contra la Humanidad.
Por su parte, en el caso de Colombia, antes de que Fatou Bensouda, antecesora de Khan en el cargo, dejara el puesto, dejó sobre la mesa un informe de 19 páginas titulado ‘Situación en Colombia’, que explica por qué el país continúa bajo un examen preliminar después de casi dos décadas de investigaciones.
Khan tendrá ahora que decidir qué rumbo toma el caso, abrir una investigación formal, como piden organizaciones de Derechos Humanos y recomendó antes de salir la exfiscal Bensouda, o por el contrario darlo por finalizado.
Actualmente, son cinco los temas bajo investigación de la Fiscalía del TPI, la presencia y expansión de grupos paramilitares; los desplazamientos forzados; los delitos sexuales perpetrado durante el conflicto interno, los falsos positivos; y el cumplimiento de los pactos alcanzados en el acuerdo de Paz.
Fuente: Diario las Américas