Ford anunció el lunes que este año cerrará sus tres fábricas en Brasil. La empresa estadounidense justificó la decisión por el efecto de la pandemia de la covid-19, que produjo una marcada subutilización de su capacidad instalada en el gigante sudamericano. El cierre afectará a cerca de 5.000 empleados, la mayoría de ellos en tres ciudades brasileñas, pero también en Argentina, aunque la empresa no ha dado más detalles.
La actividad cesará inmediatamente en las plantas de Ford en Camaçari, en Bahía, y Taubaté, en interior de São Paulo. La producción de algunas piezas continuará durante unos meses para mantener los inventarios para las ventas de posventa. La planta de Troller, en la ciudad de Horizonte, en Ceará, continuará operando hasta el cuarto trimestre.
“Con más de un siglo en América del Sur y Brasil, sabemos que estas son acciones muy difíciles, pero necesarias, para crear un negocio saludable y sostenible”, ha apuntado el presidente y consejero delegado de Ford, Jim Farley, este lunes.
La compañía ha indicado que pese al cese de producción en el país sudamericano, mantendrá su centro de desarrollo de productos en el Estado de Bahía, así como su centro de pruebas en Tatuí y su sede regional en São Paulo. La cartera de todoterrenos (SUV) electrificados, camionetas y vehículos comerciales se proveerá desde Argentina, Uruguay y otros mercados de la región, de acuerdo con el comunicado.
La salida de Ford es una derrota para el Gobierno brasileño en un momento de alta del desempleo (la tasa llegó en noviembre pasado al 14,2%, lo cual supone que unas 14 millones de personas están sin trabajo) y después de años en que la compañía fuera destinataria de subsidios públicos para apoyar su permanencia en el país. En 2019, Ford ya había cerrado su complejo industrial en Sao Bernardo do Campo, su fábrica más antigua en Brasil, afectando a unos 2.800 trabajadores.
Más allá de la situación de Ford, que ha perdido terreno en el mercado brasileño en los últimos años, la venta de coches ha sufrido una caída general de 26,2% en 2020, de acuerdo con la brasileña Anfavea (Asociación Nacional de los Fabricantes de Vehículos Automotores) debido a la pandemia.
La operación para dejar Brasil producirá unos cargos antes de impuestos de aproximadamente 4.100 millones de dólares (3.369,7 millones de euros), de los cuales 2.500 millones (2.054 millones de euros) impactarán en las cuentas de 2020 y los restantes 1.600 millones de dólares (1.315 millones de euros) quedarán registrados en 2021. Los cargos incluirán alrededor de 1.600 millones de dólares (1.315 millones de euros) de cargos no monetarios relacionados con la cancelación de ciertas cuentas por cobrar de impuestos y por episodios de depreciación y amortización, Los cargos restantes de aproximadamente 2.500 millones de dólares (2.054 millones de euros) se pagarán en efectivo, principalmente en 2021.