El oficialista Pacto Histórico del presidente Gustavo Petro sufrió una dura derrota en casi todo el país en las elecciones regionales que se celebraron en Colombia este domingo. La ciudadanía le pasó factura al Gobierno nacional, envuelto en una larga lista de escándalos que ha llevado la desaprobación a los niveles más altos en poco más de un año de gestión. El petrismo no logró ganar en ninguna de las cinco principales ciudades. Incluso en Bogotá, que ha sido el principal bastión de la izquierda, el hombre de confianza de Petro, Gustavo Bolívar, quedó relegado al tercer lugar.
“Espero que la ciudadanía actúe prudentemente ante los resultados”, dijo el mandatario tras “felicitar al pueblo colombiano por su disposición democrática”. Celebración no hubo. Salvo casos puntuales como la victoria del candidato de la coalición oficialista en la gobernación del departamento de Nariño, fronterizo con Ecuador.
Bogotá: el mayor fracaso de Petro
Las esperanzas del petrismo estaban puestas en Bogotá, donde aspiraban a que Gustavo Bolívar lograra pasar a una eventual segunda vuelta para intentar sacar provecho en un escenario polarizado, pero el candidato centrista Carlos Fernando Galán superó por mucho los pronósticos de las encuestas. El abanderado del partido Nuevo Liberalismo evitó el balotaje al superar el 40 % y sacar una ventaja superior a diez puntos sobre el segundo candidato más votado, según los resultados divulgados por la Registraduría.
En la capital colombiana hubo doble sorpresa. Galán llegó a 49 % y superó a su más cercano rival con una ventaja de 29 puntos. Lo que hizo que la derrota de Petro en Bogotá fuera mayor fue el hecho de que su candidato terminara tercero con apenas 18,71 % de los votos. El segundo lugar se lo arrebató el independiente Juan Daniel Oviedo, con 20,11 %, quien se dio a conocer durante el Gobierno de Iván Duque como director del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).
Centroderecha arrasa en las principales ciudades
La atención estaba puesta en las cinco principales ciudades del país. En las otras cuatro no hubo sorpresas. Como se esperaba, Federico Gutiérrez y Alejandro Char, ambos respaldados por la totalidad de la centroderecha, arrasaron en Medellín y Barranquilla, respectivamente, consiguiendo en los dos casos más de 73 % de los votos.
En Bucaramanga ganó Jaime Andrés Beltrán, de coalición de derecha, con 34,63 %, mientras el candidato del petrismo quedó en sexto lugar con apenas 4,04 %. Y en Cali, otra ciudad donde la izquierda ha cosechado buenos resultados, en esta ocasión el abanderado del Pacto Histórico se quedó en tercer lugar con 11,06 %, resultando vencedor Álvaro Alejandro Eder, apoyado por un bloque de centro y centroderecha que incluye a partidos como Nuevo Liberalismo de Galán y Cambio Radical de Char, así como el Partido Conservador.
Petrismo relegado en las gobernaciones
En lo que se refiere a las gobernaciones, además de Nariño, el Pacto Histórico ganó en Amazonas en alianza con el Partido Liberal, es decir, solo en dos de los 32 departamentos. En contraste, el Centro Democrático, fundado por el expresidente Álvaro Uribe, ganó en solitario dos departamentos (Antioquia y Arauca) y consiguió también la victoria en coalición con otras organizaciones de centroderecha en cinco gobernaciones (Meta, San Andrés, Santander, Sucre y Tolima). Los liberales ganaron en solitario Atlántico, Choco y Risaralda. Y el partido Creemos, de Federico Gutiérrez, consiguió quedarse con el departamento de Quindío.
Balance demoledor para al Pacto Histórico
Gustavo Petro intentó minimizar el fracaso de sus candidatos en las elecciones regionales señalando que quienes se oponen a su gestión “querían construir un ambiente de miedo en la ciudadanía para sacar resultados electorales. No sé si lo obtuvieron pero lo que sí era falso eran los niveles de riesgo que informaron”.
Por supuesto que lo obtuvieron. Aunque Petro intente ocultar el fracaso de la izquierda en estos comicios compartiendo análisis enfocados en marcar distancia entre elecciones regionales y presidenciales, los números son demoledores. Salvo por los seis escaños que estaría consiguiendo el Pacto Histórico en el Concejo de Bogotá, la coalición del presidente Gustavo Petro prácticamente se desmoronó en el mapa nacional en poco más de un año. No logró ganar ninguna de las capitales de departamentos y el triunfo del petrismo se reduce a solo dos de 32 gobernaciones.