La construcción del nuevo muro, en la frontera de más de 3.000 km entre México y Estados Unidos, fue una de las principales promesas de campaña de Donald Trump durante las elecciones presidenciales de 2016, con el argumento de que protegería al país de los indocumentados, los delincuentes y los narcotraficantes.
No obstante, apenas se pudo construir unos 700 km del muro.
De hecho, un tercio de la frontera ya contaba con muro o barreras antes de que Trump asumiera el cargo, y las obras bajo su mandato han consistido principalmente en mejoras o refuerzos de las estructuras existentes.
Las detenciones de migrantes en la frontera entre Estados Unidos y México alcanzaron en marzo su nivel más alto en 15 años, lo que aumenta la presión sobre el Gobierno de Joe Biden, que apuesta por un trato “más humano”, no sin antes desatar una verdadera crisis migratoria que ahora trata de componer con los vecinos del sur.
Fuente: Diario las Américas