Guatemala, la economía más grande de la región, fue la que registró la menor pérdida en producción por la pandemia entre los países centroamericanos y Panamá, y una de las menores reducciones en el mundo, según indica el documento: Perfiles Macrofiscales de Centroamérica 14: Guatemala.
La estimación de las autoridades es una caída en la producción de 1,5% en el 2020 y la de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) es de 2,5%. Cualquiera de la dos se superaría este año, pues todos los organismos apuntan a un aumento en la producción entre 3,3% y 4,5%.
Junto con Panamá, Guatemala es uno de los dos principales compradores de productos costarricenses e importante mercado dentro del Istmo, según se desprende de un análisis de perspectivas económicas regionales elaborado por La Nación, donde además de las proyecciones de crecimiento de cada socio regional, se revisan el comercio exterior, la inversión y los flujos de visitantes.
Ya desde setiembre pasado, la variación interanual (de cada mes respecto al mismo mes del año anterior) del índice mensual de la actividad económica de Guatemala es positiva. Para febrero del 2021 aumentó 3,5%.
Jonathan Menkos, economista guatemalteco y director ejecutivo del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales, explicó que varios factores explican el desempeño de ese país, que también sufrió por los huracanes Eta e Iota.
“En el caso de Guatemala hay varios factores: uno muy importante son las remesas familiares, incluso rompió el récord de crecimiento, y estas remesas sabemos muy bien que se trasladan a la economía de una manera muy rápida, al convertirse en consumo principalmente de los hogares beneficarios”, detalló Menkos.En el documento de Perfiles se informa que el flujo de remesas familiares hacia este país reportó fuertes contracciones durante los meses de marzo a mayo (14,7% menos que en 2019) como producto de la crisis económica en los Estados Unidos, pero a partir de junio se recuperó hasta alcanzar un total de $11.340 millones, un 7,9% por encima del año anterior y el equivalente al 14,8% del producto interno bruto (PIB).
Solo como referencia los ingresos a Costa Rica por turismo fueron $4.000 millones en el 2019.
Menkos añadió que otro factor que contribuyó a que la caída no fuera tan fuerte son las medidas extraordinarias que se tomaron desde el Gobierno, con el apoyo del Congreso de la República. Se ejecutaron unos $800 millones adicionales para ayudar a 1.200.000 familias que recibieron dinero en efectivo.
Y un tercer factor que indicó Menkos es que el país tiene indicadores macroeconómicos sólidos.
Para el economista costarricense, Fernando Naranjo, la principal razón de que Guatemala sea la primera en recuperarse es que la hacienda pública de ese país se ha manejado muy conservadoramente y muy responsablemente de tal modo que la deuda pública de Guatemala es baja respecto al PIB, porque los niveles históricos de déficit también son muy bajos.
“Eso le permitió hacer un aumento en el gasto público el año pasado, aumentar el déficit lógicamente, pero sin las severas repercusiones que tenemos países como El Salvador y Costa Rica”, dijo Naranjo.
Pese a la recuperación el país continúa arrastrando serios problemas de informalidad laboral (65% de los trabajadores antes de la pandemia) y de pobreza (51,6% en 2020, según la Cepal).
Fuente: El Economista