SONIA SCHOTT,
El final del primer juicio al expresidente Donald Trump marcará un momento culminante para el republicano que quiere y espera recuperar la Casa Blanca en noviembre.
Pero ¿afectó este juicio sus posibilidades de ganar la presidencia? La verdad es que, a pesar de más de 6 semanas de innumerables testimonios, contrademandas intrascendentes y hasta de recuentos indecorosos, la campaña presidencial de Trump no pareció flaquear e incluso, sigue su curso para seleccionar al próximo vicepresidente.
Si Trump es absuelto de los 34 cargos de fraude empresarial, habrá que estar atentos ante el incremento en sus posibilidades para convertirse en el próximo presidente de Estados Unidos.
Si fuese declarado culpable de algunos o todos los cargos, seguirán meses de retrasos mientras las partes acuerdan cual sería una sentencia apropiada y tal vez solo reciba una multa y, en cualquier caso, una apelación probablemente tardaría meses, momento en el cual, ya podría haber recuperado la Casa Blanca.
El daño a su campaña sería marginal, aunque daría al presidente Joe Biden municiones para recordar al país que el candidato republicano es un transgresor convicto.
En cuanto a la tercera opción, según la legislación de Nueva York, los juicios penales requieren que el jurado emita un veredicto unánime, si no sucede, se declara un juicio nulo.
Independientemente de lo que piense el jurado, es difícil concluir que la Fiscalía presentó un caso solido contra el exmandatario, dado que hubo demasiadas pruebas circunstanciales con poca evidencia.
Por ejemplo, el principal testigo de la fiscalía, el exabogado de Trump, Michael Cohen, gozaba de poca credibilidad después de que cumplió condena en prisión al declararse culpable de mentir a los Comités de Inteligencia del Senado y de la Cámara de Representantes, en 2017, sobre la construcción de la torre Trump en Moscú.
Así que bien puede ser que, a finales de esta semana, Trump salga libre del tribunal de Manhattan.
Esto será un duro golpe para la Fiscalía y el Departamento de Justicia, que están llevando adelante el caso más grave contra el expresidente, relacionado con la acusación de que conspiró para revertir su derrota electoral de 2020.
Este juicio no tiene posibilidades de empezar antes de las elecciones presidenciales, por lo que podría tener poco impacto en la intención de voto.
De hecho, muchas personas, según las encuestas, están aburridas con el caso judicial, lo que sugiere que tal vez no les importe cómo termine el juicio.
Ninguno de los otros tres procesos que enfrenta se celebrará antes de noviembre por la mayor complejidad de los cargos por eso, una absolución en el caso de fraude empresarial podría literalmente lanzarlo de vuelta a la presidencia.
El jurado formado por siete hombres y cinco mujeres ya son parte de la historia porque es la primera vez que un expresidente enfrenta a un proceso penal.
En el pasado, otros han tenido problemas legales, pero nada igual.
Andrew Johnson (1865-1869) quien, durante los años posteriores a la Guerra Civil, chocó repetidamente por el tema de la reconstrucción con el Congreso controlado por republicanos, enfrentó la destitución, pero fue exonerado.
Mas recientemente, un gran jurado federal recomendó cargos contra, Richard Nixon, (1969- 1974) por su participación en el escándalo Watergate; igualmente fue indultado.
La destitución del presidente Bill Clinton (1993- 2001) surgió de una investigación que originalmente se centró en transacciones financieras que ocurrieron años antes de que llegara a La Casa Blanca, relacionadas con el desarrollo inmobiliario “Whitewater” cuando se desempeñó como fiscal general y luego como gobernador de Arkansas, según Cornell Law School.
Sin embargo, aunque la mayoría de los estadounidenses le dieron a Clinton bajas calificaciones por su honestidad, le reconocieron su buen desempeño gubernamental por lo que buscaron censurarlo públicamente por su conducta, pero no querían su destitución.
Ahora bien, debido a que Trump ha mencionado repetidamente el ser víctima de una cacería de brujas política, la naturaleza histórica de este juicio en el tribunal de Manhattan se perderá en la histeria publica que seguirá, ya sea que gane o pierda.