Tanto ciudadanos como residentes estadounidenses tendrán un nuevo incremento en el pago de sus impuestos este año. De acuerdo con la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO, en inglés), se espera para este año un aumento de 28 %, en relación con los montos que se abonan actualmente.
Este movimiento de carácter impositivo se realiza en un panorama complejo para quienes viven en la nación norteamericana, que en marzo acumuló la mayor inflación interanual en 40 años, con 8,5%.
Para tener una idea de la magnitud de la situación, en lo que respecta a la recaudación, el informe emitido por la CBO reveló recientemente que se enfocaba en expectativas de 2,6 billones de dólares en impuestos sobre la renta individual este año. Una cifra mucho mayor que los 2,0 billones de dólares del año pasado. Esto corresponde al número más alto de la historia desde que se inició con el pago de impuestos en el país, en 1913.
«En 2021, los recibos de impuestos sobre la renta de las personas ascendieron a dos billones de dólares, o el 9,1 % del PIB. Según la ley actual, y sobre la base de los recibos observados hasta fines de abril de este año, la CBO espera que los recibos de impuestos sobre la renta de las personas aumenten un 28 % en 2022, a 2,6 billones de dólares», informó la Oficina de Presupuesto del Congreso.
Asimismo, la CBO señaló que espera que los ingresos fiscales federales en su totalidad (no solo por impuestos) alcancen un récord que esté en 4,8 billones de dólares en 2022. Al respecto, en el documento se indicó que se proyecta que equivalgan al 19,6% del producto interno bruto de la nación, los mayores ingresos anuales, en relación con el tamaño de la economía, desde el 2000.
Los desaciertos de Biden con inflación e impuestos
La CBO también reveló que si el Servicio de Impuestos Internos recibe el aumento presupuestario buscado por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, sus recaudaciones aumentarán aún más. «Gracias, Biden», se titula una nota de Town Hall para retratar su rol en el impuesto masivo. El contraste es marcado con su predecesor, Donald Trump.
Con la inflación en máximos de cuarenta años, y con los salarios quedándose atrás, Biden se ha cuidado de hacer creer que todos estos incrementos son culpa de todos, excepto del gobierno de EEUU y de la Reserva Federal, por ejemplo.
En lo relacionado con la inflación, Biden culpó al covid-19 y a Putin por la guerra de Ucrania. Biden afirmó que la enfermedad del covid en sí misma —es decir, no los confinamientos forzados del gobierno— ha sido la culpable de los problemas logísticos y la escasez que han contribuido a la subida de los precios. Además, Biden culpó a la guerra en Ucrania del aumento de los precios, dado el papel de Ucrania como nación exportadora de grano y la actual dificultad para exportar desde las regiones devastadas por la guerra.
Biden tiene razón en que estos acontecimientos tienen un papel en el aumento de algunos precios, pero es una mentira directa insinuar o afirmar que los problemas de logística y de exportación de cereales son las principales razones de la inflación de precios en los Estados Unidos en la actualidad.
La verdadera causa de la inflación de precios es la inflación monetaria, y la inflación monetaria lleva más de una década a toda máquina. En los dos últimos años, además, la inflación monetaria se ha acelerado hasta alcanzar niveles aún más sorprendentes.
De cara a las elecciones presidenciales del 2024 la ciudadanía tendrá no solo a dos candidatos principales para elegir sino dos modelos fiscales, uno que enriqueció al ciudadano y otro que lo está esquilmando. En las urnas decidirán.