Josep Borrell ha dado un vuelco a la posición de la Unión Europea con respecto a Venezuela. El Alto Representante de la Política Exterior Europea envió una misión diplomática por su cuenta y riesgo para abordar el retraso de las elecciones legislativas de diciembre en Venezuela con el régimen de Nicolás Maduro. Y, según ha sabido Vozpópuli, comunicó a los ministerios de Exteriores de los países de la UE que se reuniría con la oposición, pero solo lo hizo con Henrique Capriles y obvió al autoproclamado presidente interino, Juan Guaidó.
La actuación de Borrell ha creado un profundo molestar en Bruselas. Fuentes diplomáticas consideran que el dirigente socialista español «se ha extralimitado en sus funciones». Y le acusan de abrazar la solución de José Luis Rodríguez Zapatero, principal valedor de Maduro en el mundo. Estas fuentes admiten también que los movimientos de Borrell se enmarcan en una creciente desconfianza internacional hacia Guaidó.
«Ni Estados Unidos le apoya ya», dicen estas fuentes. «Donald Trump no le mencionó en su discurso ante la Asamblea de las Naciones Unidas».
La vía Zapatero
Borrell despachó esta misión diplomática a Venezuela sin el conocimiento de la Comisión Europea, que tuvo noticias de la misma cuando el grupo estaba prácticamente en Caracas. El Alto Representante ha optado por la solución electoral que defiende Zapatero y que Maduro pactó con Capriles. Este gesto ha vuelto a dividir a la oposición venezolana, convertida en un avispero.
El problema, según estas fuentes, es que Borrell se debe a los países de la UE. Y la mayoría de ellos, hasta el momento, han reconocido a Guaidó como presidente interino de Venezuela. Otra de las críticas que se hace a Borrell es haber tenido este gesto en la misma semana en la que se ha conocido un demoledor informe de Naciones Unidas. La ONU ha denunciado la comisión sistemática de delitos de lesa humanidad en el país caribeño.
Tanto el PP como Ciudadanos han pedido explicaciones a Borrell por este episodio en el Parlamento Europeo. Los populares han demandado que revele los objetivos de esta misión en una carta enviada al Alto Representante. Por otro lado, el eurodiputado naranja Jordi Cañas ha registrado una pregunta en la Comisión en la que cuestiona a la presidenta, Ursula Von der Leyen, si Borrell «ha sido mandatado por la Comisión Europea» para iniciar este acercamiento a Maduro. Cañas y otros diputados de Ciudadanos en Bruselas como Adrián Vázquez mantienen un contacto constante con representantes de la oposición venezolana.
«Borrell está actuando más como ministro de Exteriores de España que como representante de la política exterior europea», dice Cañas a este diario.
Maduro disolvió la Asamblea legislativa de Venezuela, que controlaba la oposición tras ganar las pasadas elecciones. Juan Guaidó, presidente de esta Asamblea, lideró un levantamiento contra Maduro que no llegó a buen puerto. Trump apoyó la solución de Guaidó como presidente interino con el respaldo de la UE y otros países occidentales.
Pero Estados Unidos cada vez menos clara esta salida. La convocatoria de elecciones el 6 de diciembre y el acuerdo de Maduro con Capriles a cambio de algunas excarcelaciones es la otra solución que hay encima de la mesa. La comunidad internacional cree que los comicios son una «farsa», pero Borrell está dispuesto a explorar esa vía.
El Gobierno español reconoció oficialmente a Guaidó en una rueda de prensa que lideró el propio Sánchez en febrero del 2019. La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, ha pasado de rechazar las elecciones convocadas por Maduro a inclinarse por apoyarlas «sin son democráticas».
Exteriores ha relevado al embajador en Venezuela Jesús Silva -que fue nombrado por Mariano Rajoy- para colocar a Juan Fernández Trigo, que era embajador en Cuba. Fernández Trigo es un hombre de la máxima confianza de Borrell, que fue quién le puso al frente de la legación española en La Habana en 2018. Uno de los líderes de la oposición venezolana, Leopoldo López, está refugiado actualmente en la embajada española en Caracas. Y se espera que el relevo no afecte a su situación.
Fuente: Primer Informe