sábado, noviembre 23, 2024
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Informe Otálvora: Lula designado árbitro entre Maduro y Guyana

“He tomado esta decisión porque estamos en medio de una negociación, nacional e internacional, muy compleja y muy difícil”. Así justificó María Corina Machado su decisión de recurrir el 15DIC23 al Tribunal Supremo de Justicia del régimen chavista para solicitar aclaratoria sobre su supuesta inhabilitación para concurrir como candidata presidencial. Hasta la fecha se ignoraba que Machado participara en negociaciones internacionales con vistas a las hipotéticas elecciones presidenciales del año 2024.

Machado había reiterado que no existe inhabilitación en su contra y sus abogados han alegado que el documento, presentado al tribunal chavista, no se corresponde con las exigencias del régimen como parte de los acuerdos firmados por el régimen y un sector de la oposición con el auspicio de EEUU.

El Departamento de Estado de EEUU, por intermedio del jefe de su embajada en Bogotá Francisco Palmieri, quien ejerce también como Embajador de EEUU para Venezuela, manifestó su complacencia por la acción de Machado. De hecho, la noticia de la asistencia de Machado al tribunal chavista fue conocida por un mensaje de Palmieri en la red X. Pareciera, según fuentes consultadas que hacen vida diplomática en Washington, que el gobierno Biden ha dado alta prioridad a la liberación de estadounidenses que permanecen como rehenes en cárceles venezolanas.


Nicolás Maduro viajó a San Vicente y las Granadinas a bordo de un avión privado pero escoltado por aviones militares de combate. La aeronave que movilizó a Maduro y a su esposa el 14DIC23 es un lujoso jet ejecutivo Falcon 900 con registro T7-ESPRT de San Marino, conducido por un capitán con uniforme de piloto privado. Esa aeronave matriculada en Europa es usualmente utilizada por Maduro y otros altos jerarcas del régimen para evadir controles internacionales.

Durante los recorridos de ida y vuelta del 14DIC23 para asistir a una reunión con el mandatario de Guyana, Maduro viajó sobre el Mar Caribe en trayectos de menos de 600 kilómetros cada uno y sobre aguas venezolanas en buena parte del recorrido, pero con la aeronave ejecutiva privada escoltada por aviones militares venezolanos Sukhoi SU-30 de fabricación rusa. Se ignora si las aeronaves portaban misiles como parte de la seguridad implementada para el viaje de Maduro.

La reunión en San Vicente y las Granadinas fue planificada para tener lugar en las instalaciones aeroportuarias de Argyle, el aeropuerto construido como un regalo de Fidel Castro financiado con recursos aportados por Venezuela durante el gobierno de Hugo Chávez. Pese a que la reunión no ameritaría desplazamientos en la isla y se realizaba en el país controlado por uno de sus socios políticos, Maduro hizo movilizarse un gran grupo de su equipo de guardaespaldas cubanos. Varias aeronaves llegaron al aeropuerto desde el día antes, entre ellos un avión de transporte militar Hércules C130 que llevaba pintada la consigna de “El Esequibo es nuestro” y el mapa de Venezuela incluyendo el territorio Esequibo razón de la disputa con Guyana.


La reunión en Argyle fue un gran show político regional sin mayores consecuencias en el proceso del diferendo territorial.

El régimen chavista, después de décadas de restar importancia al tema, optó por incorporar el reclamo territorial en la agenda política interna venezolana en tono nacionalista y de reivindicación histórica.

Venezuela ha objetado el trazado de la frontera terrestre con Guyana desde el siglo pasado, razón por la cual no existe una delimitación marítima acordada por ambos países. Guyana ha estado otorgando licencias de explotación petrolera en aguas profundas, las cuales comenzaron a ser explotadas en 2019, convirtiendo al país en el nuevo miembro del club petrolero mundial.

En 2018 Guyana llevó el caso de los límites a la Corte Internacional de Justicia solicitando que el alto tribunal de la ONU decida que los límites entre Venezuela y Guyana son los establecidos en un dudoso Laudo Arbitral emitido en 1899. Venezuela sostiene que su territorio llega hasta la ribera occidental del rio Esequibo, lo que implica que dos terceras partes del territorio actualmente bajo autoridad guyanesa sería propiedad venezolana. El 17FEB1966, cuando Guyana aún no existía como nación independiente, Venezuela y el Reino Unido suscribieron un acuerdo en Suiza que reglaba un mecanismo para procurar una solución al diferendo territorial. Con base en ese Acuerdo de Ginebra, Venezuela ha aspirado a una delimitación negociada. En la década de los años setenta, durante el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez, se avanzó en una solución que garantizaría a Venezuela una salida plena al Atlántico a cambio de cesiones de tierra firme a Guyana, pero el cambio de gobierno en Venezuela en 1979 dio al traste con la iniciativa. Hoy en día existe un acuerdo político amplio en Guyana sobre la indivisibilidad de su territorio terrestre y Venezuela, en tanto, no reconoce a la Corte Internacional de Justicia como autoridad delimitadora. Con ese cuadro, el régimen chavista ha dejado correr la versión de una acción militar sobre el territorio en disputa lo que hizo disparar alarmas en diversas capitales donde dieron por creíble el bluf de Maduro.


La reunión de Argyle del 14DIC23 fue el resultado de una serie de movimientos políticos regionales como consecuencia de varios encuentros bilaterales y conversaciones de pasillo ocurridas en Dubai durante la cumbre climática COP28 realizada a principios de diciembre. El presidente guyanés Irfaan Ali fue visto muy activo, en grupos de mandatarios, a quienes dejaba saber la amenaza que su país

estaba sintiendo desde Venezuela. Entre otros, Irfaan Ali sostuvo un encuentro con el mandatario cubano Miguel Díaz-Canel en el cual participó el primer ministro de San Vicente y las Granadinas, el “camarada” Ralph Gonsalves, operador procubano en el Caribe, presidente de la CELAC (la organización panamericana que excluye a EEUU y Canadá) y socio del chavismo. El guyanés solicitó a Díaz-Canel sus gestiones para que Maduro paralizara cualquier acción sobre Guyana. Lula y Diaz-Canel en sus conversaciones tocaron el asunto de Guyana y acordaron una ruta de acción.

También desde Dubai, el brasileño Lula da Silva pidió que “el sentido común” prevalezca entre Venezuela y Guyana. La declaración de Lula ocurría el 02DIC23, pocas horas antes de la realización de un referendo convocado por Maduro para, supuestamente, dar validez legal a una toma de posesión del territorio esequibo. Ya de regreso en Brasilia, Lula expuso el 07DIC23 a los mandatarios del Mercosur la necesidad de tomar cartas ante la tensión creada desde Caracas. Lula, quien había enviado a su operador diplomático Celso Amorim el 23NOV23 a Caracas para una conversación secreta con Maduro, expuso a sus socios del Mercosur que efectivamente existía temores de una acción militar por parte de Venezuela. El 06DIC23, Amorim ofreció declaraciones afirmando que su gobierno “rechaza cualquier acción de fuerza por parte de Venezuela para ocupar el territorio Esequibo”. Al día siguiente los mandatarios de Mercosur emitieron un comunicado alertando “sobre acciones unilaterales que deben ser evitadas pues agregan tensión”. Lula ofreció su país como sede para conversaciones entre Maduro e Irfaan Ali y solicitó que la CELAC, encabezada por el “camarada” Ralph Gonsalves se encargara de organizar un encuentro. Para el Brasil la OEA no existe y las tensiones entre Guyana y Venezuela eran un motivo para reforzar la CELAC. En paralelo, la diplomacia cubana trabajaba con sus socios y amigos caribeños para diseñar un encuentro entre Maduro e Irfaan Ali, el cual fue aceptado por Guyana durante una reunión vía internet de mandatarios del CARICOM el 08DIC23. El 09DIC23, luego de llamadas de Lula a Maduro e Irfaan , se concretó la celebración el 14DIC23 de una reunión en la cual un numeroso grupo de países servirían de padrinos y testigos en el encuentro de Maduro e Irfaan Ali. Maduro anunció que la reunión sería el inicio de negociaciones con Guyana, Irfaan Ali dejó saber que aceptaba la reunión, pero la delimitación no estaba sujeta a negociación. Lula, promotor de la reunión, se negó a viajar a la reunión y envió a su representante Amorim.

Por cierto, desde su llegada al Palacio de Planalto el 01ENE23 para un tercer mandato presidencial, Lula realizó durante el año 2023 un total de 15 viajes al extranjero visitando 24 países, incluyendo dos estadías en EEUU. Lula no incluyo Venezuela durante su primer año de gobierno.


La lista de los asistentes a la reunión en San Vicente y las Granadinas: aparte de Maduro e Irfaan Alí, se sentaron en la mesa situada en una estrecha sala del aeropuerto de Argyle, el anfitrión Ralph E. Gonsalves presidiendo junto al primer ministro de Dominica y presidente pro tempore de CARICOM Roosevelt Skerrit. Además, estaban en la mesa los mandatarios de Bahamas, Barbados, Grenada, Santa Lucia, San Kitts y Neves y de Trinidad y Tobago. El enviado especial de Lula, Celso Amorim, ocupaba lugar especial, y a un lado se sumaban el canciller de Colombia y el vicecanciller de Honduras éstos dos en representación de la CELAC. Además, el Secretario General de la ONU mandó a dos funcionarios como sus representantes. Maduro se hizo acompañar en la sala por su esposa, su vicepresidenta Ejecutiva, su canciller y su traductora, entre otros ayudantes, ninguno de ello conocedor de temas limítrofes.

Previamente Maduro e Irfaan Alí sostuvieron reuniones por separado protocolares con los mandatarios del CARICOM. El texto de una declaración que había sido discutida desde el día antes por los representantes de Maduro y de Guyana, recibía los últimos ajustes. Maduro exigía que se creara un mecanismo de seguimiento al acuerdo, sin importar mucho lo que dijera el acuerdo. Los representantes de CARICOM involucrados en la negociación pedían que en el título se mencionara la localidad de Argyle. En tanto en la pequeña sala del aeropuerto construido con dinero venezolano, se celebraba la reunión que más parecía una “intervención” de familia que un encuentro diplomático. El texto de la declaración fue la demostración de la soledad en la cual Maduro se encontró en sus intentos de forzar que Guyana aceptara negociar límites.


La “Declaración Conjunta de Argyle por el diálogo y la paz entre Guyana y Venezuela” fue leída a la prensa por Ralph E. Gonsalves, acompañado del brasileño Amorim y el dominiqués Roosevelt Skerrit. Ningún representante de Maduro o de Guyana acompañó la difusión del documento. Según el texto, el gobierno de Guyana y el régimen venezolano anunciaron que ninguno desiste de su posición sobre el Esequibo: Guyana dijo que “está comprometida con el proceso y los procedimientos de la Corte Internacional de Justicia”, mientras Maduro habló de su “falta de consentimiento y de reconocimiento a la Corte Internacional de Justicia y su jurisdicción en la controversia fronteriza”. Después de aclarar que no hay negociación, pasaron a prometer que no se amenazaran ni “utilizarán la fuerza mutuamente” y que se abstendrán de “intensificar cualquier conflicto” con lo cual Maduro asumió lo que previamente le había ordenado la propia Corte Internacional de Justicia. En el texto los declarantes dijeron la obviedad según la cual cualquier controversia se “resolverá con conformidad con el derecho internacional”, incluyendo “el Acuerdo de Ginebra”, frase exigida por Maduro. Los declarantes convirtieron a Lula da Silva en una suerte de árbitro regional, quien junto a los caribeños y la CELAC harán lo necesario para contener, revertir y evitar que se repita algún “incidente” entre Venezuela y Guyana. Los declarantes igualmente crearon una comisión mixta se encargará de conversar sobre los temas de interés común, pero no sobre el diferendo limítrofe.


El 13DIC23, horas antes de la reunión en San Vicente y Granadinas, el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, se comunicó telefónicamente con el ministro de exteriores de Brasil, Mauro Vieira. Según un comunicado difundido por el Departamento de Estado luego de celebrada la reunión en la isla caribeña, Blinken habría “agradecido a Brasil por su liderazgo diplomático en la búsqueda de una solución pacífica de la disputa entre Venezuela y Guyana”. Blinken habría confirmado la posición de EEUU sobre el tema: “la frontera terrestre entre Venezuela y Guyana debe respetarse a menos, o hasta, que las partes lleguen a un nuevo acuerdo o que un organismo legal competente decida lo contrario”. Al parecer en el Departamento de Estado dieron como creíbles las amenazas bélicas de Maduro así como aún mantienen la línea de suavizar las sanciones para estimular que el régimen realice elecciones libres y permita que la opositora María Corina Machado sea aceptada como candidata por las autoridades electorales chavistas.


Maduro regresó a Venezuela anunciando que en la reunión con Irfaan Alí había logrado retomar la negociación bilateral con Guyana sobre el Esequibo. Eso no es cierto. La “Declaración de Argyle” se limita a continuar el diálogo “sobre cualquier otro asunto pendiente” y crea una comisión para considerar “cualquier asunto con implicaciones para el territorio en disputa”. Sobre límites, Guyana no acepta regresar a un esquema bilateral.

La reunión en San Vicente y Granadinas sirvió para enfriar el tema a nivel internacional. Maduro pretende seguir utilizándolo como tema de política interna.


Termina el año 2023. Reciban nuestros saludos por Navidad y Año Nuevo. Y gracias por seguirnos.

Fuente: Diario Las Américas

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