Si algo bueno se le puede encontrar a esta iniciativa es al menos la evidencia que se dieron cuenta de que no pueden seguir imprimiendo pesos indiscriminadamente. Eso es lo único rescatable, porque después, esta nueva propuesta del kirchnerismo, es un delirio por donde se lo mire. Claudio Lozano, histórico economista de la izquierda argentina y actual director del Banco Nación, propuso crear “una nueva moneda” para financiar la “política social”, pero que no sea convertible al dólar. Un experimento fracasado de antemano, que, de ponerse en funcionamiento, se licuará en su valor en tiempo récord. Para lo único que podría servir esta “cuasimoneda” es para ganarle al peso la carrera devaluatoria.
“¿Por qué no ensayamos la discusión de una moneda no convertible? No convertible a divisas, no convertible a moneda dura para financiar la política social, y la capacidad de recuperación de la capacidad de consumo de la población”, señaló Lozano en una entrevista televisiva. Su propuesta ya fue ensayada en varias oportunidades y no arroja ningún resultado positivo. Y su mera iniciativa deja en claro que, lamentablemente, el economista no tiene la más pálida idea de sistemas monetarios, sencillamente porque no comprende el funcionamiento del mercado.
Ante la repregunta del periodista, que le consultó si tenía en mente una especie de “patacón” (experimento intentado en el final de la convertibilidad, cuando el Banco Central no podía emitir pesos), Lozano respondió que no. Él quiere una moneda, con todas las características de la moneda, salvo “que no se pueda convertir al dólar”. Sí, es terrible. El titular del Banco Nación no sabe lo que es la moneda ni para que sirve. En manos de esta gente, ahora desesperada ante la debacle electoral, estará la Argentina durante los próximos dos años.
Los sistemas bimonetarios, como los que propone Lozano, no han hecho más que fracasar en el país como en otros rincones del mundo. En Cuba, donde se lo tomaron en serio (y utilizaron la fuerza de la dictadura para cumplirlo a rajatabla) fracasó tanto, que el mismo Raúl Castro lo reconoció frente a su “parlamento” monocolor. La experiencia de las últimas cuasimonedas argentinas mostraron que su valor era imposible de fijar, ya que cotizaban y flotaban libremente todo el tiempo frente al moribundo peso convertible y, lógicamente, frente al dólar.
Lozano, además de su mentalidad tan infantil como autoritaria, no puede evitar que las personas cambien libremente (por lo que se les ocurra y necesiten) los recursos que el Estado les otorga. La aparición de las redes sociales dejó en evidencia que mucha gente vende las mercaderías que ofrecen los gobiernos nacionales y municipales. Una vez que la persona recibe el recurso, ya sea un kilo de harina, un vale o un tipo de moneda, hace lo que quiere con eso. ¿Qué va a proponer? ¿Cárcel o paredón de fusilamiento para el que intente intercambiar su invento por una cantidad de dólares determinada? Al “ensayo” que propone Lozano, no le espera otra cosa que el fracaso.
Ante esta insólita propuesta del kirchnerismo, parece que así serán los últimos dos años del Frente de Todos: manotazos de ahogado, oscurantismo económico, irresponsabilidad fiscal, fracasos repetidos y, probablemente, autoritarismo para tratar de aplacar los inevitables resultados de sus delirantes y absurdas iniciativas.
Fuente: Diario las Américas