WASHINGTON- Una legisladora republicana junto a un grupo de conservadores amenazó con destituir al presidente de la Cámara de Representantes estadounidense, Mike Johnson, por considerar una «traición» la aprobación este viernes del presupuesto para el Estado federal, todavía pendiente de una votación en el Senado para evitar la parálisis de algunos servicios públicos del gobierno.
La congresista Marjorie Taylor Greene declaró que ha presentado, junto a varios de sus colegas, una «moción para anular» la adopción del presupuesto, respaldada por el presidente de la Cámara, el republicano Mike Johnson.
Lo considera una «traición al pueblo estadounidense, una traición a los votantes republicanos».
Greene no fijó un calendario para el voto de destitución, calificándolo más bien de «advertencia» pero ha avivado una batalla interna entre los conservadores.
«Siento respeto por él como persona, pero no está haciendo el trabajo», dijo Greene, que estima que los congresistas podrían votar sobre el futuro de Johnson cuando regresen de su receso de Pascua en dos semanas.
Tras la aprobación en la Cámara de Representantes, el texto pasa ahora al Senado, que tiene de plazo hasta la medianoche de este viernes para adoptarlo. Si no lo hace se producirá el corte de fondos para administraciones públicas y su consecuente cierre temporal, conocido como «shutdown»
La ley contempla 1,2 billones de dólares de financiamiento.
Los legisladores suelen llegar a un acuerdo de último minuto, pero esta vez ya han advertido a algunos funcionarios de un riesgo real de parálisis, ante la incertidumbre sobre el voto del Senado.
Los demócratas y la prensa de izquierda utilizan el chantaje de los servicios públicos como excusa para continuar con el derroche de dinero en sus proyectos políticos y partidistas. A modo de intimidación hablan de una lista de posibles consecuencias de un «shutdown»: militares y agentes de seguridad de transporte sin pago momentáneo, pero sí con carácter retroactivo, entre otros departamentos, la mayoría no directamente con el público.
Estados Unidos lleva varios meses luchando por la adopción definitiva de un presupuesto, en medio de disputas entre los demócratas moderados y extremistas del presidente Joe Biden y conservadores estrictos que buscan frenar el desorden general en la administración.
Hasta ahora el Congreso ha adoptado una serie de minileyes para ampliar el presupuesto federal por semanas, o unos meses como máximo.
Política exterior, la prioridad de Biden
Si se aprueba en el Senado, el proyecto de ley presentado el jueves extendería el presupuesto estadounidense hasta el final del año fiscal, el 30 de septiembre.
Este texto de 1.012 páginas contiene medidas con fuertes repercusiones en el extranjero, como parte de la política exterior de Biden, primera prioridad de su gobierno.
El texto prohíbe cualquier financiación directa de Estados Unidos a la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, UNRWA, envuelta en una polémica desde que Israel acusó en enero a 12 de sus 13.000 empleados de estar implicados en un ataque atroz cometido por el movimiento islamista palestino Hamás en octubre.
«Votaré en contra de este proyecto de ley que prohíbe la ayuda a los niños de Gaza que mueren de hambre», anunció el congresista radical de izquierda, Ro Khanna, en un mensaje en la red social X.
También se destinan cientos de millones de dólares a Taiwán.
El proyecto de ley contiene asimismo varias medidas relacionadas con la migración, un tema explosivo en plena campaña presidencial.
Prevé, entre otras cosas, la contratación de decenas de miles de agentes fronterizos.
Por último, contiene diversas medidas partidistas de extrema izquierda que han enfurecido a algunos republicanos en la Cámara Baja, pero de las que la gran prensa liberal no menciona.
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