Un millón de dólares más en gasto de personal registra la alcaldía de Santiago de Chile, bajo el mando de Irací Hassler. En sólo dos años de gobierno, se abultó la nómina con la contratación de 754 nuevos funcionarios. Un patrón para armar una base política antes de los comicios de 2024, donde buscará la reelección.
Las contrataciones comenzaron en junio de 2021, mes de la toma de posesión del cargo de la alcaldesa Hassler en Santiago. Sin embargo, esto se ha ido incrementando, de acuerdo con el concejal Juan Mena de Renovación Nacional, quien indicó que “hoy día, en dos años y medio de esta alcaldía, se ve que lo que se está haciendo es usar la Municipalidad de Santiago como una oficina de empleo del Partido Comunista”.
Mena también fue quien descubrió la entrada de personal, luego de solicitar a la secretaría municipal los antecedentes sobre nuevas contrataciones. En el documento que obtuvo el edil y divulgado por El Líbero consta que hasta abril de 2023 se produjeron 754 ingresos nuevos en la municipalidad, demandando un desembolso de más de 930 millones de pesos chilenos mensuales. Esto agudiza el escándalo de corrupción que arrastra Hassler por intentar comprar una clínica con sobreprecio.
Al respecto, Mena precisa a PanAm Post que “hoy se está ocupando el municipio de Santiago prácticamente como una sucursal laboral del Partido Comunista, porque la cantidad de funcionarios que han metido multiplica por 10 la cifra de funcionarios bajo la anterior administración del exalcalde Alessandri, que llegó 100 funcionarios en cuatro años. Ahora, una administración va bordeando los 1000 funcionarios”.
Los motivos los ve muy claros. En su opinión, “se están tratando de preparar económicamente para las elecciones del próximo año, haciendo una caja con recursos municipales, contratando a personas ligadas al Partido Comunista y que, obviamente, van a ir ayudando el día de mañana a la campaña de la alcaldesa, para su reelección”.
Irregularidades a la vista
“Llegaron a meter gente lamentablemente política, sin conocimiento, a crear puestos, dándole trabajo a la gente de un color político metida para lograr sueldos sin ninguna capacidad” denuncia el concejal.
Las irregularidades abundan. Van desde un duplicado de las funciones hasta la creación de cargos sobre funcionarios con más de 20 años de experiencia e incluso, hay evidencia de evaluaciones periódicas a trabajadores antiguos por estos nuevo personal sin ser los jefes directos.
El crecimiento de la nómina de la alcaldía de Santiago en manos de Hassler contrasta con la gestión de su antecesor perteneciente al partido Revolución Nacional (RN), Felipe Alessandri, quien redujo en cuatro años 939 puestos de trabajo para entregar una institución con 7.019 funcionarios activos.
Hassler ahora prácticamente los repone a casi todos y con ello, repite el patrón de contrataciones que la actual ministra de Interior, Carolina Tohá del Partido Por la Democracia (PPD) mantuvo durante su rol como alcaldesa de Santiago entre 2012-2016 que la llevó a entregar a Alessandri una instancia con 7958 funcionarios.
Un caos evidente
La decisión de Hassler de copiar la captación de personal de la izquierdista Tohá provocó la clausura del comedor de empleados del edificio Santiago Social, por parte de la Secretaria Regional Ministerial de Salud (Seremi Salud), debido al hacinamiento del lugar.
La Asociación de funcionarios Municipales denunció que el colapso del comedor al rebasar su capacidad para 400 funcionarios. La llegada de 50 comensales más detonó además problemas en los alcantarillados y hasta la ventilación tras las salas de reuniones convertirse en improvisadas oficinas.
En La Moneda conocen la situación. De acuerdo con el medio, la ministra del Trabajo, Jeannette Jara, también militante del Partido Comunista sabe lo que ocurre porque recibió un balance mientras se desempeñaba como administradora municipal de Santiago.
La dependencia más caótica
La Dirección de Desarrollo Comunitario es la dependencia de la alcaldía de Santiago donde es más evidente el aumento de la nómina ante el arribo de 228 nuevos ingresos a sus instalaciones.
De esa cantidad, 76 corresponden a la Subdirección de Desarrollo Social, 43 a Deportes y Recreación y 32 de Subdirección de Igualdad de Género, Diversidad Sexual e Inclusión. Los demás están distribuidos entre Participación Ciudadana, Desarrollo Económico Local y Servicios Sociales,
La respuesta constante en la administración de Hassler es que “no hay presupuesto para aumentos a funcionarios que llevan mucho tiempo, para hacer estudios o contratar distintas cosas” indica el concejal.
Las consecuencias son predecibles: “lamentablemente a una próxima administración le va a repercutir en una falencia importante en lo que es la caja” considerando que tres cuartos de los recursos de la Municipalidad de Santiago se gastan en salarios, mientras que un cuarto se destina “a las necesidades de la ciudad como el aseo, mejorar la educación, la salud.
La disparidad en el gasto conllevó a la Cámara de Diputados a calificar como “paupérrima” la situación del municipio en un resolución aprobada por el hemiciclo que alerta sobre la gestión que tiene en un “estado crítico” a la ciudad.