Irán y Venezuela están perfeccionando las tácticas para evadir las sanciones impuestas por Estados Unidos que restringen sus negocios con petróleo. Ambas naciones tienen a su disposición una flota de 200 barcos, entre ellos 82 supertanqueros, para transportar crudo con documentación falsa.
Las embarcaciones que incurren en esta irregularidad tienen capacidad para mover hasta dos millones de barriles cada una. Así lo asegura el corredor de barcos con sede en Londres Braemar PLC (BRMS.L) en un reporte de la agencia Reuters donde además, Christian M. Ingerslev, director ejecutivo de Maersk Tankers, precisa que las «flotas y mercados separados funcionan en paralelo» fuera del radar.
Ya hay evidencia. Las imágenes y fotos satelitales del tanquero chino Young Yong demuestran que obtuvo un certificado de calidad en Singapur por parte del laboratorio Saybolt para una carga que declaró como crudo pesado de Malasia cuando, realmente, había cargado el petróleo en Venezuela.
«Cuando el Young Yong zarpó de Venezuela después de cargar el petróleo, su transmisor de ubicación mostró que partía del puerto de Lomé, en África occidental», indica la agencia.
Operaciones encubiertas
Los dueños de las embarcaciones se preparan para estas maniobras. En el caso del Young Yong, sus propietarios -Technology Bright International, con sede en Hong Kong- pintaron sus costados, pero el petrolero terminó siendo identificable por los distintivos arcos blancos que flanquean su puente, la posición de las grúas en su cubierta y la forma de su embudo, dijo Samir Madani, propietario de TankerTrackers.com.
Pese al inútil camuflaje, Petróleos de Venezuela (PDVSA) registró al Young Yong como la nave “Comuna”, cuya carga ascendió a 1,98 millones de barriles de petróleo en el puerto venezolano de José, del 11 al 21 de mayo del año pasado.
Con estas tácticas, que incluyen documentación falsa, nombres de embarcaciones falsos y transferencias de carga de barco a barco en el mar, el régimen de Nicolás Maduro suma más de 360 millones de barriles de crudo y combustible transportados con la «red de contrabando» a su servicio, de acuerdo con el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
La cifra representa más de dos tercios de las exportaciones totales de petróleo de Venezuela desde 2019 hasta octubre de 2022, considerando que los demás despachos se hicieron directamente a Cuba o a otros destinos en el Caribe y Europa bajo exenciones a las sanciones de Estados Unidos, según cálculos de Reuters.
En desconfianza
El Young Yong conforma junto al Silvia I e Eagle Brenda un trío de barcos fletados por compañías poco conocidas para exportar petróleo venezolano con documentos falsos, pero además, es señalado por Estados Unidos de ayudar a ocultar los cargamentos de Irán que son utilizados para financiar a la Guardia Revolucionaria y a Hezbolá.
«Ahora está quedando claro que no se puede confiar en los certificados de origen, incluso cuando vienen con documentación oficial del gobierno», destaca Cari Stinebower, socia en Estados Unidos del bufete de abogados Winston & Strawn, que asesora a las empresas petroleras y comerciales sobre cómo cumplir con las sanciones.
Sin embargo, el éxito de este transporte marítimo fraudulento está en debate, considerando que el Young Yong encalló frente a las islas Riau con fueloil venezolano hace unas semanas, mientras trataba de llegar a Nipah, un popular puerto de transferencia de barco a barco, cerca de las aguas de Indonesia.
Documentos inconsistentes
Si bien el Tesoro estadounidense convirtió al Young Yong en un activo congelado y colocó a su propietario registrado en las Islas Marshall bajo sanciones para intentar detener las operaciones fraudulentas, PDVSA insiste en evadir las que pesan sobre la estatal venezolana.
Documentos de PDVSA también dan cuenta de que la compañía Yunshu Maritime Ltd, declarada como fletador de «Comuna», el nombre falso utilizado por Young Yong en septiembre de 2021, no especifican detalles de su ubicación ni del contacto de la supuesta empresa.
Sin embargo, la inconsistencia en los documentos de Yunshu Maritime no impidieron que representara como fletador al superpetrolero que cargó crudo venezolano en mayo de 2021 bajo el nombre de «Joy», pero los sistemas TankerTrackers.com permitieron identificar a esta embarcación como el petrolero de bandera panameña Adisa, que también está en la lista negra de Estados Unidos por transportar petróleo iraní.
El buque está controlado por una compañía propiedad de Viktor Artemov, un ciudadano ucraniano que supervisa una red de empresas encubiertas que se utilizan para vender petróleo iraní sancionado, así como canalizar las ganancias a la Guardia Revolucionaria y Hezbolá.