El senador J.D. Vance, candidato a vicepresidente de Donlad Trump, ha manifestado que, si gana las presidenciales de noviembre, la administración republicana impulsará (como primera medida para revertir las políticas demócratas de fronteras abiertas) la deportación de un millón de extranjeros ilegales.
En una entrevista en ABC, señala que tienen una frontera sur «completamente abierta» porque su «zar» (Kamala Harris) estableció «muchas políticas de apertura fronteriza».
«Hay 20 millones de personas forma ilegal en EEUU. Si se deporta a muchos criminales violentos y si se dificulta la contratación de mano de obra ilegal, creo que se avanzará mucho en la solución del problema de la inmigración ilegal», ha agregado.
La avalancha migratoria ha llevado a estados como Texas a tomar decisiones para controlar los «recursos» que se destinan a inmigrantes ilegales. El gobernador del estado de Texas, el republicano Greg Abbott, firmó la pasada semana una orden que obliga a los hospitales a recopilar los datos de la situación migratoria de sus pacientes con el objetivo de «calcular el gasto estatal en sanidad» dedicado a inmigrantes ilegales.
La medida entrará en vigor a partir del 1 de noviembre y pretende recopilar datos de forma periódica sobre «pacientes que no se encuentran legalmente en Estados Unidos», así como sobre el número de altas hospitalarias, visitas a urgencias y los costes de la atención.
«Debido a las políticas de fronteras abiertas del presidente, Joe Biden, y la vicepresidenta, Kamala Harris, Texas ha tenido que pagar la factura de los costes médicos de individuos que se encuentran ilegalmente en el estado», dijo Abbott. Texas responsabilizará a la Administración Biden-Harris de las consecuencias de sus políticas de fronteras abiertas, y lucharemos para garantizar que devuelvan a Texas el dinero de sus costosas y peligrosas políticas», concluyó.