Luego de hacer a un lado la tradicional neutralidad de Brasil, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva terminó desatando una batalla diplomática y política que le puede pasar factura en las elecciones municipales que se celebrarán este año. Haber comparado la contraofensiva de Israel en la Franja de Gaza con el Holocausto no solo generó reacciones en el Gobierno de ese país –que declaró al mandatario brasileño persona “non grata” y, en consecuencia, Brasilia llamó a consulta a su embajador en Tel Aviv– sino también dentro del gigante sudamericano, donde la oposición se cohesiona en torno a un pedido de impeachment que ya cuenta con más de 100 firmas, mientras sectores de centroizquierda que han apoyado a la actual Administración se distancian de las declaraciones del presidente.
¿Prosperará un eventual juicio político a Lula? La internacionalista Daniela Alves explica en entrevista con PanAm Post que muy probablemente no, ya que no depende de la cantidad de firmas recogidas sino del presidente de la Cámara de Diputados. “Él tiene el poder en sus manos de aceptar o no (…) porque hay un poder muy concentrado en el presidente de la Cámara de Diputados”. Sin embargo, estima que sí se está fragmentando el oficialismo, considerando que para conseguir mayorías, el actual mandatario ha necesitado el respaldo de sectores de centro y centroizquierda que no han sido cercanos al Partido de los Trabajadores (PT).
Una “fuerte fractura” en año electoral
“El gran Frente Amplio que hubo en Brasil para elegir a Lula ya no lo apoya con relación a estos discursos. No son aceptables en Brasil ni para los de centro, ni los de centroizquierda y menos para la oposición”. Por esto considera que hay una “fractura fuerte” en un año electoral. “Los principales candidatos en Brasil para las grandes capitales ya se pronunciaron contra lo que dijo Lula”.
Frente a esta situación, advierte sobre la posibilidad de que en los próximos meses se radicalice el Gobierno de Lula con una mayor censura y persecución más férrea a los opositores, amparándose en el dominio que tiene la izquierda del Supremo Tribunal Federal (STF), desde donde se controla casi todo lo que ocurre en el país debido al “poder concentrado” que tiene el máximo órgano judicial, al que el expresidente Jair Bolsonaro bautizó como “la dictadura de la toga”.
“En el camino de Venezuela”
Daniela Alves califica además como contradictorio que Lula, que promueve la censura invocando una supuesta lucha contra los discursos de odio, esté fomentando precisamente un discurso de odio contra la comunidad judía. “Hay la posibilidad de amplificar la censura en Brasil, porque si el presidente no tiene la capacidad de entender lo que es un discurso de odio haciendo el discurso de odio, ¿cómo van a regular las redes sociales a los ciudadanos?”.
Y ante el aumento de la censura, la persecución a los opositores y la falta de separación de poderes que se evidencia con las decisiones que emanan del STF, la internacionalista concluye con una frase preocupante: “Estamos en el camino de Venezuela”.