WASHINGTON- «Nuestros enemigos son sus enemigos». Así expresó el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en un excelente y ovacionado discurso ante el Congreso de Estados Unidos, en el que defendió la guerra en Gaza, calificó a Irán de «eje del terror» y abogó por desradicalizar el enclave palestino.
Netanyahu fue acogido entre aplausos y vítores de los legisladores republicanos puestos en pie, mientras los demócratas, como se esperaba, permanecían sentados para complacer a la extrema izquierda en EEUU y a los grupos radicales que apoyan a los terroristas de Hamás.
«Esto no es un enfrentamiento de civilizaciones. Esto es un enfrentamiento entre barbarie y civilización», aclaró Netanyahu.
«Nuestros enemigos son sus enemigos, nuestra lucha es su lucha y nuestra victoria será su victoria», insistió a los congresistas conservadores que se levantaron en un compacto bloque para aplaudirlo.
«Para que triunfen las fuerzas de la civilización, Estados Unidos e Israel deben permanecer unidos», puntualizó Netanyahu.
El premier israelí pidió a Estados Unidos que acelere la ayuda militar a su país para contribuir a finalizar a la guerra en Gaza.
La Casa Blanca, en respuesta a las peticiones de los legisladores demócratas y extremistas de izquierda, retrasaron los fondos y el respaldo militar aprobado en el Congreso de forma bipartidista junto a los más de 60.000 millones otorgados a Ucrania.
Para Ucrania, los fondos han fluido rápidamente, mientras que a Israel le congelaron los recursos y suspendieron el envío de municiones y armamento, bajo la excusa de la ofensiva de Tel Avic.
Así, de forma unilateral, funciona hoy en Washington el gobierno federal.
«Aprecio profundamente el apoyo de Estados Unidos, incluso en esta guerra actual. Pero éste es un momento excepcional. Acelerar la ayuda militar estadounidense podría acelerar drásticamente el fin de la guerra en Gaza y ayudar a prevenir una guerra más extensa en Oriente Medio», dijo Netanyahu ante el Congreso estadounidense.
El premier israelí se reunirá este viernes con el expresidente y candidato presidencial Donald Trump en su residencia de Mar-a-Lago, en Florida, despues de su encuentro con Harris y Biden.
El desprecio de Harris
Netanyahu viajó a Washington invitado por los líderes republicanos del Congreso, no por la Casa Blanca que trata de distanciarse de Tel Aviv, un fiel aliado de EEUU. Biden, en un titubeo constante respalda a Israel en ocasiones y en otras no, mientras que los nuevos demócratas en el Congreso en Washington defienden a los palestinos y repulsan la ofensiva de respuesta de Israel a la masacre cometida por Hamás en octubre con un saldo de más de 1.200 muertos, miles de heridos y cientos de rehenes, cuya mayoría aún Hamás mantiene bajo su poder como chantaje.
Kamala Harris se inventó un pretexto de «agenda» para no estar presente en el discurso del líder israelí ante el Congreso. Harris busca votos de manfiestantes propalestinos que se oponen a la política tradicional estadadounidense respecto a Israel.
De acuerdo con el protocolo del Congreso el vicepresidente de la nación debe presidir la sesión. Pero Harris es una aliada de la familia Soros, en especial de Alexander Soros, el hijo del magnate socialista que defiende designación de que parte del territorio sagrado de Israel se convierta en una Palestina como nación.
Cerca del Congreso violentos manifestantes de la extrema izquierda quemaron una gran bandera de EEUU e izaron la de los palestinos, además de pintar grafitis en paredes de edificios y estatuas con consignas y símbolos de los terroristas de Hamás.
En el interior de la Cámara de Representantes cinco revoltosos fueron detenidos, porque «interrumpieron» el discurso, escribió en X la policía del Capitolio.
En su discurso, Netanyahu elogió al expresidente y candidato republicano a la Casa Blanca Donald Trump por su firme apoyo a Israel.
«Agradezco al presidente Trump por todo lo que ha hecho por Israel, desde reconocer la soberanía de Israel sobre los Altos del Golán hasta hacer frente a la agresión de Irán, pasando por reconocer Jerusalén como nuestra capital y trasladar allí la embajada estadounidense», manifestó Netanyahu.
También agradeció al presidente Joe Biden, que no asistió al discurso en otra señal de rechazo e intereses electorales de la extrema izquierda «sus esfuerzos en favor de los rehenes», refiriéndose a las personas secuestradas por los terroristas de Hamás.
Su ejército estima que 116 personas permanecen como rehenes en Gaza, 44 de las cuales habrían muerto.
Los «idiotas útiles» de los extremistas asesinos de Irán y Hamás
Netanyahu tachó a los manifestantes favorables a los crímenes de Irán y de Hamás de «idiotas útiles de Irán» y estimó que su país, Estados Unidos y el mundo árabe están amenazados por el «eje del terror» de la república islámica.
El conflicto estalló el 7 de octubre con la masacre de Hamás contra el sur de Israel, en el que comandos terroristas asesinaron, violaron y descuartizaron a más de 1.200 personas y secuestraron a otras 251, según datos israelíes.
En el centro de la guerra, Israel ha permitido la entrada de ayuda humanitaria desde EEUU y otros países y ha brindado apoyo a cientos de miles de familias. Pero debajo de esos asentamientos los terroristas mantenían túneles de kilómetros repletos de armas, cohetes y municiones de alto calibre sin importar las consecuencias para la población.
Los terroristas de Hamás usan a niños, ancianos u familias como escudo de guerra, el indicativo más real de barbarie, incivilización y radicalismo en pleno siglo XXI.
Sin embargo, la administración Biden y los demócratas presionan desde hace meses a Netanyahu para que concluya un acuerdo de alto el fuego con los terroristas de Hamás.
Un funcionario estadounidense que pidió el anonimato afirmó este miércoles que las negociaciones para una tregua y la liberación de rehenes se encuentran en sus «etapas finales».
Su ejército estima que 116 personas permanecen cautivas en Gaza, 44 de las cuales habrían muerto.
Etapa de posguerra
Netanyahu dio algunos indicios de cómo ve la posguerra.
«Después de nuestra victoria, con la ayuda de los aliados regionales, la desmilitarización y desradicalización de Gaza puede conducir también a un futuro de seguridad, prosperidad y paz. Esa es mi visión para Gaza», dijo.
También aseguró que «hará todo lo que sea necesario para restablecer la seguridad en la frontera norte», escenario de continuos enfrentamientos con los radicales de Hezbolá, apoyados por Irán.