Al final, ella no dijo nada. La militancia se mojó y le pidió “una más”, pero no les dio el gusto. Con respecto a su futuro, Cristina Fernández de Kirchner insistió en la proscripción judicial que supuestamente sufre y volvió a atacar a la Corte Suprema de Justicia. Sin embargo, en una escena que no dejó nada librado al azar, detrás suyo paró a Eduardo “Wado” de Pedro y Sergio Massa. Al lado de ambos, su hijo Máximo Kirchner. El heredero que nunca despertó el amor de las encuestas y quedó relegado en su banca de diputado nacional.
La dupla de Pedro y Massa todavía no está confirmada, pero todo parece indicar que se trataría del binomio que irá por el milagro en agosto y octubre. La misma CFK reconoció que en Argentina hay un escenario de “tercios” y que, por ahora, el peronismo no puede apuntar a nada mejor que entrar en el balotaje. ¿Qué tienen para ofrecer al electorado? Muy poco. Para empezar, la idea de la fórmula señalada por “la jefa” ya cuenta con el fracaso reciente de la gestión actual. Además, ambos hipotéticos precandidatos son de la primera plana del fallido Frente de Todos. Uno es del ministerio del Interior que se cansó de ningunear al presidente (que hoy ni siquiera fue invitado) y del que lo único que se discute es su condición de tartamudo e hijo de desparecidos. El otro es la última cara del desastroso ministerio de Economía y la calamitosa inflación actual.
Pero lo que más indigna de la jornada de hoy es la fecha elegida por CFK. Una vez más hizo del 25 de mayo (fecha en la que se conmemora la Revolución ante las autoridades españolas en 1810) un acto partidario. Esa vieja costumbre fascista de mezclar el partidismo kirchnerista con lo que debería ser un símbolo de todos los argentinos. Pero así se manejó siempre el espacio que hizo una simbiosis permanente entre el Estado, el partido y el gobierno. Para ellos es todo lo mismo y lo regentean ellos. De cambiar el signo político en el próximo turno, como todo parece indicar que sucederá, estas cuestiones deberían dejar de tener lugar en Argentina.
Los cristinistas que votarán a Milei
Que el peronismo tiene poder de movilización no lo discute nadie. Sin embargo, es sabido que el aparato se alquila para hacer número, pero no siempre se puede comprar en el sentimiento. Cada vez que una cámara de televisión se acerca a los piquetes o a las marchas kirchneristas, es muy común encontrar personas que reconocen que lo llevaron las “organizaciones sociales”. Muchas veces ni idea de lo que se trata el acto tienen.
En esta oportunidad, más allá de la usual desorientación de algunos militantes rentados, lo que dijo presente en esta tarde lluviosa fue el fenómeno de Javier Milei. Ante las cámaras en vivo de Crónica, varios asistentes reconocieron que en las próximas elecciones votarán al diputado libertario. Aunque en el kirchnerismo no se reconozca, la imposibilidad de la transferencia directa de los votos de CFK significará una merma en todas las direcciones. Juntos por el Cambio de esto no se lleva nada, pero Milei parece que sí. Sobre todo en el segmento juvenil.