Centrado en la defensa de las fronteras de Ucrania e Israel, el Gobierno estadounidense de Joe Biden parece olvidar por completo la suya propia, que lleva todo el mandato del demócrata recibiendo una riada millonaria de extranjeros que entran ilegalmente.
La crisis fronteriza no hace más que empeorar, y ahora es una nueva caravana de inmigrantes que partió del sur de México el lunes la que prepara un nuevo asalto. Según Reuters, 5.000 inmigrantes de Cuba, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras y Venezuela viajan a pie y están ya cerca de la ciudad de Tapachula, junto a la frontera con Guatemala.
Y el Gobierno mexicano no se limita a dejar pasar esta columna de invasores, sino que les ofrece una escolta de protección civil y ambulancia, según ha reconocido a Reuters uno de los organizadores de la caravana, Irineo Mujica.
Es una invasión no meramente anunciada, sino seguida en tiempo real por las redes sociales, especialmente X, que se han llenado de vídeos que representan la crónica de su avance.
La cadena Fox acaba de hacer públicos nuevos datos de la Patrulla Fronteriza que revelan que las desastrosas políticas migratorias de Biden han llevado a la liberación de 900.000 inmigrantes ilegales en el país, de ellos 150.000 sólo en septiembre. Esto, en un momento en que el complejo militar-industrial estadounidense financia dos guerras, una en Europa del Este y la otra en Medio Oriente.
En este contexto preocupa especialmente la posibilidad muy real de que entre los recién llegados, ilegales sin control pueda haber operativos terroristas, una enorme amenaza a la seguridad nacional. «Se ha aprobado la entrada de ciudadanos de Irán, Líbano, Siria, Irak y Afganistán y, muy especialmente, de exrepúblicas soviéticas de mayoría musulmana como Tayikistán, Kirguistán y Uzbekistán», se lee en el New York Post.