Pbro Juan Lázaro Vélez González,
Inicialmente, quisiera señalar que la palabra Transterrar, significa el desplazamiento forzoso de una persona de su tierra natal. Para nosotros los cubanos el destierro adquiere una connotación muy dolorosa por todo lo que hemos tenido que sufrir en estos 65 años de tortura psicológica y física.
A lo largo de estos tristes 65 años de dictadura en el que se implantó el terror y la amenaza a la integridad física, muchas familias cubanas por miedo a un pobre porvenir espiritual y material, huían del suplicio y la muerte asistida de un sistema horrendo, para buscar un futuro mejor y digno para los suyos en otros países de la región, principalmente en: España y los Estados Unidos de América.
Hoy se estima que, estadísticamente hablando, más de dos millones y medio de cubanos han emigrado de la Isla, especialmente en estos últimos años en los que ha arreciado más la represión y la miseria existencial al grado sumo de la supervivencia del huir o morir. Bajo el yugo férreo de la dictadura Castro – Canel los hijos de la Casa Cuba se ven obligados abandonar sus raíces, costumbres y lo más doloroso a muchos de sus familiares en el abrazo último de las posibilidades remotas del hasta pronto, si Dios lo quiere o lo permite nuevamente.
El gran impacto del éxodo forzado de tantos cubanos diseminados en muchos lugares del mundo, supone un desafío de adaptación individual al contexto real de cada lugar e integrarse de manera respetuosa y consciente es parte del proceso de integración en las naciones correspondientes.
El régimen cubano lejos de frenar este éxodo lo ha facilitado y utilizado a su favor para recibir las remesas enviadas por algunos hijos de la diáspora a sus familiares. Esto constituye en gran medida una fuente de ingresos para las arcas de los represores. La continua salida de cubanos pone al descubierto la profunda crisis política, económica, social e institucional que persiste en la Isla cárcel.
Con este pequeño artículo no solo busco visibilizar la tragedia en todos los sentidos del éxodo forzado por el régimen cubano, sino también hacer un llamado de atención, reflexión y de acción libre y consciente de que la lucha por una Cuba libre y digna no termina, sino que debe despertar en el corazón de todos nosotros el deseo de tener una Patria libre y con la posibilidad de brindar oportunidades para todos los hombres y mujeres de buena voluntad. Es necesario y urgente creer que es posible, porque Cuba se merece que la contemplemos orgullosa nuevamente. Virgen de la Caridad del Cobre: Ruega por los hijos de la isla y cuida de los que estamos en la diáspora.