La Unión Europea ha entrado en una espiral un tanto peligrosa, como es llevar la deuda total de los países europeos a 13,3 billones de euros. La decisión de tener que emitir en solamente un año 600.000 millones de euros más, siendo el comprador el BCE, ha alimentado la inflación y ha recalentado los precios de forma preocupante.
La UE tienes unos déficits comerciales como antes nunca se había visto, el PIB está estancado con crecimiento inferior al 2%, la inflación subida de tono y para poner colorado a cualquier gestor y, encima, la deuda subiendo a ritmos desproporcionados.
Parece el momento propicio de poner en marcha una política fiscal para no permitir endeudamientos como los que vamos a ver. Morgan Stanley hace unos días anunció una crisis: «Según la entidad, impactarían negativamente en el mercado inmobiliario estadounidense la alta inflación, la suba de tasas de interés y la reciente crisis bancaria. Más del 50% de los 2,9 billones de dólares en hipotecas comerciales deberán renegociarse en los próximos 24 meses. Los bancos regionales representan alrededor del 80% de todos los nuevos préstamos en el último ciclo, por lo que se trata de un problema dado los colapsos de Silicon Valley Bank y otras entidades similares. En un contexto en donde se espera que se endurezcan los estándares de préstamo para el mercado de inmuebles comerciales, se estima que crecerá el riesgo de incumplimientos, dificultades y morosidad y la directora de Inversiones, Shalett, cree que se avecina algo peor que en la Gran Crisis del 2008″.
Si eso sucede y el BCE sigue subiendo los tipos de interés, con una inflación no controlada y sin poder recomprar deuda, entraremos en la tormenta perfecta.
La deuda de la UE se cerró a 31 de diciembre en los anteriormente mencionados 13,3 billones con un incremento del 3,8% y con cuatro países demostrando que se puede reducir el endeudamiento: Suecia, que es capaz de bajarlo un 9,7%, Dinamarca, que lo hace un 8,4%, Irlanda, en un 4,8%, o la pequeña Chipre, que consigue hacerlo un 3,9%.
Entre los grandes, y de forma inesperada, son los Países Bajos los que más suben con un 6,9%, seguidos de España, con un 5,3%, igual que Polonia y Bélgica. Austria sube su deuda en un 4,9%, Francia en un 4,5%, Italia en un 2,9%, Alemania en un 2,7%, mientras Portugal y Grecia, crecen un 1,2% y un 0,8% respectivamente.
Los grandes riesgos están en cualquier caso en Francia, que está a punto de alcanzar los tres billones de euros de deuda, doblando a España, que está a cierre del año en 1,5 billones. Italia también es una de las grandes preocupaciones de Europa con sus 2,8 billones y que supera a Alemania en casi 200.000 millones.
Los cuatro países más grandes suman 9,8 billones de euros de deuda lo que hace que supongan el 80% de la deuda total de la zona euro y si sumásemos a los Países Bajos estaríamos ante el 84% del total de la deuda con el euro como moneda y el 77% de toda la Unión.
Si la directora de Inversiones de Morgan Stanley acierta y se produce una crisis de hipotecas que empieza a llevarse a los bancos regionales de Estados Unidos, por ejemplo First National, y entramos en una crisis financiera similar a la del 2008, habría que ver qué planes tiene preparados Von der Leyen y todo su equipo para que esa crisis no se convierta en una crisis de deuda soberana de los países de la Unión Europea.