La inflación y los políticos son los peores males para la economía de un país. El encarecimiento de los productos alcanza a los ciudadanos de distintas maneras, pero no a todos por igual, los más perjudicados son siempre y en todo momento la clase media y los más vulnerables. En Chile, vamos a cerrar un 2022 con una inflación acumulada de 12,5 % anual.
Como siempre este percance económico del aumento de precios es por culpa de otros. Según los políticos, los responsables no fueron los retiros por 55000 millones de dólares, eso explica 3 a 4 puntos de inflación, la culpa tampoco es la guerra entre Rusia y Ucrania, como cree el flamante presidente de la Cámara de Diputados, Vlado Mirosevic, menos es el precio internacional del petróleo, así como tampoco necesariamente es el precio de los bienes importados. De ser el crudo o los productos que entran al país un factor preponderante para que suceda este escenario, Alemania y Japón tendrían hiperinflación y Venezuela baja inflación y superávit fiscal.
El problema es el financiamiento del gasto público de los políticos, el cual no para de crecer y crecer. Acá ajustarse el cinturón no existe, hay que pagar un ejército de empleados públicos, Transantiago, falsos exonerados, pensiones de expresidentes y también los 8000 amigos de Boric y los amigos de los amigos de Boric que metió al gobierno.
El Estado y los burócratas, a través del gasto público, son los responsables del exceso de emisión monetaria, lo cuál provoca inflación. Esto es debido a que el crecimiento en la producción de bienes y servicios no crece a la misma tasa en la que aumenta la cantidad de dinero, si esto sucediera del modo correcto no existiría inflación. Para ser un poco más claro «imprimir billetes siempre será más fácil y rápido que producir bienes y servicios, generar valor y crecimiento económico».
El primer mecanismo que usan los políticos es financiar el gasto público, sin subir los impuestos. Por tanto, se genera un aumento excesivo de dinero, el cual que no tiene una cantidad equivalente en bienes y servicios, es por ello que se disparan los precios y comienza la inflación.
Otro es a través financiar el gasto público vía impuestos, el favorito de las izquierdas. Acá se afecta al consumo e inversión en el sector privado y la tasa de crecimiento de la producción, lo cual también producirá inflación, si ese aumento no es riguroso en la recaudación efectiva. Tal como la reforma tipo Bachelet que se tradujo en más desempleo, menor crecimiento y menor recaudación: una triología del desastre.
Esto restringe el gasto de las familias y empresas, y se aumenta el gasto del peor administrador de recursos, el Estado. También tenemos un Banco Central que lo único que hace es subir la tasa de interés.
La solución a la inflación es muy clara y la dio hace años Milton Friedman, consiste en reducir el crecimiento de la emisión monetaria, y para esto es necesario disminuir el gasto público. Claramente esto toca a la corporación política, la cual es una oligarquía que se niega en renunciar a sus privilegios.
La inflación no va a ceder en Chile, solo va a bajar la velocidad de crecimiento. Olvídese del 3 % en 2024 o 2025. La única fórmula es reducir el gasto público, hay mucho despilfarro y sin tocar ningún beneficio social se puede ajustar bastante.