Roderick Navarro,
La oposición venezolana liderada por María Corina Machado ha conseguido varias cosas importantes para la lucha por la Libertad de Venezuela. Primero, logró llevar adelante una propuesta popular de gobierno liberal-conservadora contra la propuesta del chavismo que es un socialismo más radical. En segundo lugar, consiguió reunir al pueblo venezolano en una campaña basada en la fe y la familia como eje central de su mensaje, lo que hizo que muchas personas que antes apoyaron al chavismo ahora se sintieran identificadas e incluidas en una propuesta diferente de paz y reconciliación. Y, en tercer lugar, mediante un método de levantamiento técnico de información y organización popular para la defensa del voto, se consiguió llevar adelante el conteo público de los sufragios y posteriormente el resguardo de las actas oficiales. En definitiva, hay un país donde democrática y pacíficamente se hizo todo lo que era necesario para lograr un cambio.
Pero la autoridad electoral que está controlada por Nicolás Maduro no consiguió está vez hacer su tradicional fraude ante este importante nivel de organización de la oposición. Emitió un resultado sin la totalización considerable de los votos ni las actas oficiales e hizo una proclamación exprés del reelecto dictador. Sin la publicación oficial de los resultados, el chavismo le dijo al mundo que había ganado sin que ni siquiera sus aliados más importantes pudieran tener argumentos para apoyarlos, como es el caso del Centro Carter, que tuvo que salir de Venezuela para poder emitir su informe final. En él concluye que la elección no había sido democrática y que se habían violado considerablemente las normas establecidas en la ley venezolana, además de otros abusos denunciados con más detalles.
Antes de la elección, Maduro había prometido un “baño de sangre” si perdía. Asimismo, Diosdado Cabello, quien es el presidente del partido de gobierno, el PSUV, ha reiterado que no se irían del poder de ninguna manera. En los últimos días se ha dirigido al país con mensajes llenos de amenaza y vulgaridades ordenando la persecución sistemática del pueblo y agresión física expresa.
Ante esto, el liderazgo político opositor ha realizado un llamado a la calma y a mantener activa la movilización mientras hace énfasis en el reconocimiento internacional del nuevo presidente electo, Edmundo González Urrutia. Las actas oficiales demuestran que ha ganado limpiamente las elecciones.
La represión ha dejado 17 personas muertas hasta el momento de escribir este texto, se ha encarcelado a más de 1000 manifestantes y avanza en la construcción de dos gulags caribeños para “reeducar” opositores. Están secuestrando a los testigos electorales y han creado mecanismos de persecución para secuestrar a todas las personas que participaron de las manifestaciones en los últimos días. Asimismo, están revisando los teléfonos arbitrariamente de las personas en la calle para llevárselos presos si tienen fotos o videos de las manifestaciones contra Maduro.
Gustavo Petro, Luiz Inácio Lula da Silva y Andrés Manuel López Obrador, los presidentes de Colombia, Brasil y México, respectivamente, han ofrecido tiempo a Maduro para presentar sus actas y establecer una negociación en la que excluyen a María Corina Machado. Este espacio promete dejar un escenario favorable para que Maduro pueda presentar sus actas forjadas y ganar más tiempo para normalizar la reelección del tirano. Ya Celso Amorín, asesor internacional de Lula, dijo que la oposición solo habla de fraude sin pruebas relevantes, lo que demuestra la incondicionalidad de estos agentes del Foro de São Paulo con su protegido: Nicolás Maduro. Frente a este comportamiento, es muy probable que acepten y reconozcan a Maduro con la acción inconstitucional e ilógica que realizará el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) para validar a su aliado, y de esta manera, tratar de frenar la caída de la dictadura a toda costa en los próximos días.