Un mensaje publicado en X (antes Twitter) junto a un video con imágenes de seguidores del partido Un Nuevo Tiempo (UNT), sirvió para que Manuel Rosales, gobernador del estado Zulia, en Venezuela, oficializara su alianza con Henrique Capriles, uno de los precandidatos a las primarias antichavistas. Aunque no lo dijo explícitamente, la foto donde aparecen juntos deja por sentado este pacto y asoma la forma que quieren darle no solo a su coalición, sino a la interna opositora del próximo 22 de octubre y luego a las presidenciales en 2024.
Ambos personajes políticos tienen dos ejes de acción: el primero, consta de sortear la inhabilitación política por 15 años que pesa sobre el abanderado de Primero Justicia (PJ). El segundo, es sacar del camino a María Corina Machado, la precandidata opositora con mayor intención de voto en las encuestas gracias a la firmeza con la que enfrenta a la dictadura chavista. Si ninguno de estos dos escenarios ocurren habría un plan B.
Así, a menos de dos meses para las primarias antichavistas, Capriles y Rosales pretenden acabar con el liderazgo que ha cosechado la coordinadora nacional de Vente Venezuela. Pero no será sencillo. Según el más reciente sondeo de la firma Poder y Estrategia, Machado tiene 80 % de respaldo entre los electores que participarán en esos comicios, mientras que Freddy Superlano, de Voluntad Popular, está en segundo lugar con 10 %, y Capriles apenas llega a 4 %, ocupando el tercer puesto. Esta es la razón por la que el precandidato de PJ busca acortar la distancia con una alianza que le puede poner a su disposición la maquinaria de la organización política que gobierna en Zulia, el estado con mayor número de electores.
Entre la inhabilitación y el fin de las primarias
Este nuevo escenario dentro de la política venezolana ha generado diversos análisis, como el que hace el consultor y politólogo venezolano Nicmer Evans.
“El TOCOMA (Todos Contra María), que primero fue TOCOGU (Todos Contra Guaidó), tiene hoy de fondo un verdadero objetivo, acabar con la primaria y la voluntad de la mayoría opositora si no es dominado por el G3 —alianza de Acción Democrática, Primero Justicia y Un Nuevo Tiempo—, para, al mejor estilo madurista, imponer lo que ya se ha decidido: Que Manuel Rosales sea el candidato por ‘consenso’”.
La lógica de su razonamiento parte de que el partido político de Rosales, UNT, resulta útil a Capriles como maquinaria de votos en Zulia. Es el estado venezolano con mayor cantidad de electores (2.621.127 millones para el año 2021, según cifras oficiales) e históricamente ha sido bastión opositor. ¿Será suficiente? La historia dice que no. A Rosales no le alcanzó en 2006 para ganarle la presidencia a Hugo Chávez, mientras en 2012, Pablo Pérez, candidato a las primarias por UNT, tampoco consiguió la victoria frente a Capriles, pese a dominar esta entidad.
Sin embargo, Capriles saca cuentas. Aunque los números no lo favorecen, esta es la alianza que podría sumarle más votos. ¿Qué gana Rosales? Ocupar la banca ante una eventual sustitución, algo que ya pidió el exgoberandor de Miranda y la Plataforma Unitaria Democrática aprobó este martes discutir una norma para tal fin antes del 22 de octubre. Tampoco se descarta un escenario en el que se suspenda la primarias con alguna maniobra judicial. En ese escenario podría entrar también en nombre de Rosales como candidato por “consenso”.
Pacto opositor y artimañas del CNE
En resumen, toda la estrategia del G3 –que se califica como “moderado” frente a los abusos de la dictadura– se basa en anular la figura de María Corina Machado. Ella ha recibido un enorme apoyo que se evidencia en todas las encuestas. Tanto que incluso el número dos del chavismo, Diosdado Cabello, hizo un sospechoso viaje a Cuba justo mientras se conocía un sondeo que le daba a la opositora casi 40 puntos de ventaja sobre Nicolás Maduro para las presidenciales.
A todo esto se suma el Consejo Nacional Electoral, controlado por el chavismo. El órgano aprobó el corte del registro al 31 de julio de 2023, con un total de 20.948.155 electores. No hay información sobre una nueva etapa de inscripciones o actualización de datos, lo cual representa un problema. Apenas 107.169 ciudadanos están registrados en el exterior de los más de siete millones que han emigrado. En caso de estar inscrito como votante en el extranjero, también se debe sortear otro obstáculo. Es posible que debido al limitado reconocimiento al régimen de Maduro, en muchos países no haya consulados disonibles para sufragar, tal como explica el periodista Eugenio Martínez, haciendo referencia a Estados Unidos, donde se concentra el mayor número de electores fuera de Venezuela.