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La tasa de inflación de Argentina ha caído recientemente a su punto más bajo desde enero de 2022, registrando un aumento mensual del 4.2 % en mayo, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Aunque la inflación anual se ha desacelerado por primera vez desde mediados de 2023, todavía se sitúa en el 276.4 %, una de las tasas más altas a nivel mundial.
Cuando Javier Milei asumió la presidencia en diciembre de 2023, la inflación mensual se había disparado a un inédito 25.5 %. En cinco meses, la administración de Milei logró reducir esta cifra en más de 20 puntos porcentuales. A pesar de la persistente elevada tasa de inflación anual, la tendencia indica una posible estabilización de la economía argentina.
Las reformas de Javier Milei han sido calificadas de agresivas. En su discurso inaugural, hizo hincapié en la necesidad de sanear la economía antes de poner en práctica sus promesas de dolarizar y cerrar el banco central.
Para lograr un déficit cero, Milei promulgó una reducción del gasto público del 35 %. Lo consiguió cerrando la mitad de los ministerios y secretarías, suspendiendo las obras públicas durante un año, reduciendo los subsidios a la energía y el transporte, cancelando la publicidad gubernamental y manteniendo el presupuesto de 2023 para 2024 a pesar de una tasa de inflación del 300 %. En esencia, el gobierno recortó drásticamente sus gastos.
Estas medidas, aunque impopulares, dieron resultados. El gobierno de Milei no sólo evitó el déficit, sino que logró un superávit, y lo que es más importante, la inflación empezó a descender.
Seguir la historia de la inflación en Argentina me trajo recientemente a la memoria el famoso artículo de Henry Hazlitt de 1978 “La inflación en una página“. Como sugiere el título, Hazlitt resume las causas y remedios de la inflación en una explicación breve y sencilla. Argumentaba que la inflación es consecuencia de las políticas monetarias de los gobiernos, concretamente de la excesiva impresión de dinero debida a presupuestos desequilibrados causados por el gasto extravagante de los gobiernos.
- La inflación es un aumento de la cantidad de dinero y crédito. Su principal consecuencia es la subida de los precios. Por lo tanto, la inflación -si utilizamos mal el término para referirnos a la subida de los precios en sí- está causada únicamente por la impresión de más dinero. De ello son enteramente responsables las políticas monetarias del gobierno.
- La razón más frecuente para imprimir más dinero es la existencia de un presupuesto desequilibrado. Los presupuestos desequilibrados están causados por gastos extravagantes que el gobierno no quiere o no puede pagar recaudando los correspondientes ingresos fiscales. Los gastos excesivos son principalmente el resultado de los esfuerzos del gobierno para redistribuir la riqueza y la renta, en pocas palabras, para obligar a los productivos a mantener a los improductivos. Esto erosiona los incentivos laborales tanto de los productivos como de los improductivos.
- Las causas de la inflación no son, como se suele decir, “múltiples y complejas”, sino simplemente el resultado de imprimir demasiado dinero.
Hazlitt también analizó la cura para la inflación en su libro “The Inflation Crisis, and How To Resolve It”, afirmando que la solución reside en detener el aumento del dinero y el crédito:
“La cura de la inflación, como la mayoría de las curas, consiste principalmente en la eliminación de la causa. La causa de la inflación de los precios es el aumento del dinero y del crédito. La cura consiste en dejar de inflar. Así de sencillo. Aunque sencilla en principio, esta cura suele implicar decisiones complejas y desagradables en los detalles”.
Javier Milei, ávido lector de Henry Hazlitt, parece haber aplicado eficazmente estos principios en su estrategia económica.
Hazlitt anticipó que las decisiones radicales para solucionar la inflación serían desagradables y, de hecho, muchos argentinos han expresado su descontento con las medidas aplicadas en los últimos meses.
Pero a pesar de la controversia, el enfoque de Milei es un ejemplo convincente de cómo los principios del libre mercado y un gobierno limitado pueden hacer frente a los retos económicos.
Este artículo fue publicado inicialmente en la Fundación para la Educación Económica.