OMAR ESTACIO Z.,
Apenas, Tiburcio Carapaica Mogollón, vio y oyó la confesión del presidente de la gobiernera, Asamblea Nacional de Venezuela, ANV, la atesoró en un pendrive y en medio de la mayor esperanza, se la envió, vía express, a través de una reputada empresa de mensajería internacional, a Karim Khan, Fiscal Jefe de la Corte Penal Internacional, con sede en La Haya.
Tiburcio es un profesor jubilado que enseñó Derecho por décadas, en varias universidades nacionales. Sin embargo, durante su dilatada trayectoria profesional, jamás “dio golpe” en tribunal ni corte alguna. Por consiguiente, acumula cero horas de prostíbulo judicial, que es asignatura que no se puede desdeñar, para el olfato en tales menesteres.
El reconocimiento del presidente de la ANV, no pudo ser más elocuente: “Ya está bueno que en los tribunales mande el billete”.
No se trata de una confesión “incidental”. Vale decir. El presidente de la AN, no estaba asistiendo a la parte baja del noveno inning, dos outs, score cero a cero, tres hombres en base de un Caracas-Magallanes, y un poco fuera de lugar, comentó mientras ligaba por su equipo favorito: “(…) ¡Caramba! Este juego de pelota está como los juzgados de la RoboLución, en los que, el único que manda es el billete”.
Muy por el contrario. El alto funcionario oficialista hizo tal reconocimiento, ni más ni menos, en la solemne plenaria de la ANV que promulgó, la Ley Orgánica de Justicia de Paz Comunal, LOJPC, arrancando los ¡hurras! de los chupamedias de costumbre.
La supuesta Revolución lleva 25 años, quitando o poniendo a su antojo, jueces, magistrados, fiscales, policías técnico-judiciales. Y ahora, es que por rivalidades grupales o vaya usted a saber por motivos más sórdidos, el burócrata, en cuestión ha denunciado —con o sin fundamentos, en eso no tercia el cronista— que, el desgobierno del cual es parte ha envilecido el sistema de justicia, ¿Cómo y con quiénes pretende sanearlo?
Si nos atenemos a sus promesas en la referida perorata y a la recién aprobada LOJPC, no cabe duda. Los nuevos higienizadores de nuestro sistema de Justicia, estaban allí y nosotros sin darnos cuenta. A saber: Los matones de los movimientos comunitarios roboLucionarios, guapos cuando están “apoyaos”, pero correlones y asustadizos —como sus jefes— en el lance hombre a hombre. Los camaradas de los “Círculos Bolivarianos” y de los “Puntos Rojos”; los supuestos combatientes de los “Colectivos de la Paz”, del “Alexis Vive”, de las “Esquinas Calientes”; de los “Tupamaros”, los “Carapaicas”; de la “Organización de Motorizados Dependientes de los Ejecutivos Regionales (OMDER); los reclusos y exreclusos al mando de la sargentona, autodenominada, “La Mejor Ministra Penitenciaria de la Historia” (¿?); los remanentes de los Comités de Defensa de la Revolución, de las “Unidades de Batalla Hugo Chávez” UBHCH, del “Tren de Aragua”. En resumen, de cuanto borrachito, chulo, adicto, vago, cobrador de peaje, sicario, aguantador, soplón, criado y amamantado en las ubres de las Tesorerías Nacional, estadales y municipales, cada uno, en lo adelante, por obra y desgracia de la LOJPC avocados, dura lex, sed lex a “las medidas relativas a la convivencia familiar” (artículo 8 ordinal 6º); “al respeto a los derechos de los niños” (artículo 8 ordinal 7º); “dictaminar” si ustedes, señoras y señores lectores o este servidor, promovemos «el odio, la intolerancia, posturas fascistas o neofascistas» (artículo 18 ordinal 7º), lo que equivale a estar en la cárcel o nuestras libertades a merced de tales lisiados morales, porque todo vale para reprimir y la entronización del terrorismo de Estado.
Esas delicadas funciones se pretenden asumir a través de los “Consejos de Justicia de Paz Comunal” a su vez conformados por los “Comité de Justicia de Paz Comunal que integran cada Comuna” (artículo 5 ordinal 4º). Es decir, asuntos sensibles, sentenciados de manera tumultuaria, a mano alzada “o voto sobaquero” que es como lo llama la germanía de la gente de mal vivir .
El profesor Carapaica Mogollón, citado al comienzo, es un hombre decente. Pero será enterrado en urna blanca ¡Depositar su fe en la Corte Penal Internacional de La Haya! Allí, ciertamente, no manda el dinero (en billetes) como pensó Tiburcio. Pero corren, los dólares, euros, yenes, yuanes, rublos, pesos macuquinos y demás moneda dura, mediante transferencias bancarias, criptomonedas y hasta en remesas vía Zelle, Venmo o PayPal ¡Qué petróleo, ni qué alijos de cocaína! Porque, además, la corrupción es el primer producto de exportación de la llamada, RoboLución.
@omarestacio