En el día del cumpleaños de Cristina Fernández de Kirchner, que recientemente decidió volver a discusión política nacional con una carta en sus redes sociales, el kirchnerismo dio la nota nuevamente en materia de ignorancia absoluta en el área político económica. La vocera de la bravuconada fue la diputada Julia Strada, militante del Frente de Todos.
Strada, que en teoría es especialista en asuntos económicos, dijo una serie de barbaridades en un programa televisivo que hasta incomodaron a sus compañeros de panel, quienes son también afines al kirchnerismo. Sin ponerse colorada, la diputada afirmó que en la pandemia quedó evidenciado que el Estado puede financiar sus compromisos básicamente con emisión monetaria. De la misma forma, citó a una asesora de Bernie Sanders (como si el senador socialista norteamericano fuera ejemplo de algo positivo) que señaló como un aspecto positivo que los gobiernos de los países manejen grandes déficit fiscales, en pos del desarrollo económico.
Esta vez, Strada aprovechó para mandar a los liberales a leer los “nuevos enfoques” monetarios y keynesianos, justamente los textos que esbozan todas las medidas irresponsables que llevaron al desastre total de la gestión de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner. En su opinión, este sería el recetario necesario como para que Argentina salga de su complicada situación actual. Es decir, apagar el incendio con gasolina. Insólito.
Lo curioso que es que este “modelo” económico (si puede llamarse así) ya ha sido repudiado hasta dentro del mismo peronismo. Incluso Sergio Massa, último candidato a presidente por el justicialismo, ha reconocido en campaña que la política de emisión monetaria indiscriminada del gobierno durante la pandemia fue la responsable de la inflación que dejaba la gestión de los Fernández. Hasta dijo que el kirchnerismo debía pedir “perdón” y “disculpas” a la opinión pública, si deseaba renovar el voto de confianza de la mayoría de los argentinos.
Quien capitaliza todo este delirio de la ignorancia kirchnerista no es otro que el presidente Javier Milei. Mientras que la oposición se encuentra dividida y sin liderazgo claro ni renovación, el retorno de CFK a la discusión política y las estupideces en la boca de sus principales voceros, no hace otra cosa que darle aire al gobierno, en el complicado momento de la transición de dos modelos económicos antagónicos.