Haití sigue todavía padeciendo las consecuencias del terrible terremoto de magnitud 7,2 ocurrido el 14 de agosto de 2021 que cobró las vidas de más de 2.200 personas y dejó más de 800.000 afectados en la península suroeste del país.
Doce meses después, las bandas criminales se han apoderado de los alrededores de la capital, Puerto Príncipe, mientras el país padece una inflación del 26 por ciento, lo que dificulta que las familias puedan comprar alimentos y otros artículos esenciales, o vender cosechas en los mercados locales.
Organizaciones como Save the Children denuncian que «el hambre se está convirtiendo en una norma para los niños» y recuerda a los 340.000 menores afectados por el terremoto.
«En los últimos 12 meses hemos visto una tendencia preocupante de aumento del hambre en Haití. El creciente número de casos de hambre se está convirtiendo en un gran desafío para los niños y sus familias; se necesita más ayuda», lamenta Perpetue Vendredi, responsable de operaciones de la ONG para la asistencia en Haití.
Violencia
A ello hay que añadir la crisis de seguridad que estalló sobre todo desde el magnicidio del presidente, Jovenel Moise, un mes antes del terremoto, el 7 de julio de 2021. Pronto el vacío de poder degeneró en una crisis de seguridad, con asesinatos y secuestros a diario, sobre todo en amplias zonas de la capital.
La ONG Mercy Corps avisa en este sentido de que «el número de pandillas ha crecido exponencialmente durante el último año», y que han «rodeado la capital de Haití y obligado a las familias a huir».
Según la Red de Defensa de los Derechos Humanos, había 90 pandillas en el país en 2021. Ahora, según la Fundación «Je Klere», una organización de vigilancia ciudadana sin fines de lucro, ese número aumentó a 150, incluidas 92 pandillas en Puerto Príncipe.
Entre enero y junio, 934 personas fueron asesinadas, 684 resultaron heridas y 680 secuestradas en toda la capital debido a la violencia de las pandillas. Entre el 8 y el 17 de julio, según Naciones Unidas, más de 471 personas fueron asesinadas solo en la gran barriada de Cité Soleil, y 3.000 se vieron obligadas a abandonar sus hogares, incluidos cientos de niños.
Muchos niños se han incorporado a estas pandillas para escapar de la hambruna en un país donde, según el Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas, 4,5 millones de haitianos experimentan altos niveles de inseguridad alimentaria aguda y 1,3 millones corren el riesgo de padecer hambre severa.
Fuente: Diario las Américas.