El presidente de Brasil, Luiz Inazio Lula da Silva, llegó a Madrid a primera hora de la tarde del martes para realizar una visita oficial a nuestro país. Hoy miércoles, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibirá al presidente brasileño en el Palacio de la Moncloa, donde al término de su encuentro está prevista la firma de varios acuerdos bilaterales y la comparecencia de ambos ante la prensa.
Después, Lula se trasladará al Palacio Real, donde será recibido por Felipe VI. Allí tendrá lugar un almuerzo ofrecido por los Reyes en su honor, al que asistirán el presidente del Gobierno y otras personalidades, con el que el presidente brasileño pondrá fin a su visita a España.
Desde Moncloa han puesto de relieve la voluntad de los dos gobiernos, tras la vuelta de Lula a la Presidencia, de fortalecer la relación después de cuatro años sin contactos debido a las diferencias con la anterior administración brasileña comandada por Jair Bolsonaro.
A esta visita le seguirá —la semana que viene— la de otro de los exponentes, junto a Lula, del Foro de Sao Paulo: Gustavo Petro, el presidente de Colombia. Pedro Sánchez, que ya visitó la Colombia de Petro poco después de que éste alcanzara el poder el año pasado, en un claro gesto de apoyo, recibirá al antiguo terrorista en la Moncloa entre el 3 y el 4 de mayo. Dos visitas en pocos días que muestran la sintonía entre el Ejecutivo de Sánchez —y sus socios— y la izquierda iberoamericana, la misma que cristalizó en el Foro de Sao Paulo.
Foro de Sao Paulo
El Foro de Sao Paulo es un contubernio de partidos y grupos políticos de izquierda, de carácter transnacional, auspiciada a principios de los años 90 ―tras el fin de la Guerra Fría― por el dictador cubano Fidel Castro y por el entonces líder sindical brasileño y presidente del Partido de los Trabajadores ―hoy presidente de Brasil―, Lula da Silva.
Lula abanderó la conformación de esta alianza que nace para utilizar los recursos de la democracia para acceder al poder y luego, desde allí, pervertir dichas democracias con ideologización y autoritarismo. La llegada al poder de Hugo Chávez en Venezuela en 1998 significó el primer gran triunfo para este grupo. Después vino la del propio Lula en 2002, Evo Morales en Bolivia, Michelle Bachelet en Chile, Rafael Correa en Ecuador, Daniel Ortega en Nicaragua, por citar unos ejemplos.
El Foro fue definido por Nicolás Maduro ―otro de sus hijos― como «fuerza democratizadora de América Latina y del Caribe», pese a representar realmente una amenaza para la libertad y la propiedad, como se ha empeñado en demostrar el propio sucesor de Chávez en Venezuela. El retorno de Lula al Palacio de Planalto en Brasil, y la llegada al poder de Petro en Colombia —precisamente los dos invitados de Sánchez estos días—, en dos de los principales países de la región, han supuesto una revitalización del Foro, que ya es hegemónico en la región; en el top 5 de países iberoamericanos por PIB, además de estos dos, están México, Argentina y Chile, todos ellos en manos de dirigentes de la cuerda.
Foro Sao Paulo y España: el PSOE y Podemos
La vinculación entre la izquierda española y el Foro de Sao Paulo —y con sus representantes— es notable desde hace varios lustros. Ya en 2003, el entonces secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, recibió en Madrid al propio Lula, que venía de visita de Estado, recién elegido presidente de Brasil, y que quiso hacer un alto a su agenda oficial para encontrarse con el futuro presidente del Gobierno español.
Zapatero es uno de los puentes entre la izquierda de la región y los intereses del Foro en España. Miembro de la versión 2.0 del Foro, el Grupo de Puebla —organización similar a la que pertenecen el propio Lula, Boric, Kirchner, Petro, Yolanda Díaz e Irene Montero, entre muchos otros—, Zapatero ha realizado innumerables viajes a sudamérica en los últimos años, sobre todo a Caracas, donde se ha convertido en un socio de Nicolás Maduro, y por ello ha sido tachado de blanquear al régimen venezolano.
Conocidas son las relaciones del régimen venezolano con el origen de Podemos, que nunca ha ocultado su afinidad con la ideología chavista y el régimen que lo encarna —la hemeroteca es tozuda—. Hace pocos días, veíamos también a Yolanda Díaz, ahora líder de Sumar, loar en un vídeo de hace unos años al exmandatario Hugo Chávez. La vicepresidente segunda del Gobierno, por cierto, ha viajado en muchas ocasiones en los últimos meses a Iberoamerica, donde se encontró con Alberto Fernández y apoyó a Cristina Kirchner, se vio con Pepe Mújica o, volviendo al tema, se reunió con Lula da Silva y con Zapatero, situación que se dio en marzo de 2022.
En noviembre de 2021, la secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, participó en un acto junto Lula da Silva, en el que también participó Pablo Iglesias, que defendió al presidente brasileño diciendo que había sufrido un montaje judicial.
Pedro Sánchez tambié es un gran admirador del líder del Foro de Sao Paulo. Antes de la segunda vuelta de las elecciones de Brasil en octubre de 2022, el presidente del Gobierno de España envió un mensaje de apoyo a Lula —con vídeo incluido—en una muestra inequívoca de sintonía entre ambos.
La alineación del Gobierno de España —y de los compañeros de cama con los que sustenta la legislatura— con el líder del Foro de Sao Paulo se hizo palpable el día de la victoria por la mínima de Lula sobre Bolsonaro. Sánchez fue de los primeros en felicitarle: «Trabajemos juntos por la justicia social, la igualdad y contra el cambio climático», le dijo. Detrás de él, el equipo Frankenstein salió en tromba a felicitar al nuevo mandatario: Yolanda Díaz, Pablo Iglesias, Ione Belarra, Irene Montero, Arnaldo Otegi, Pere Aragonès… Todos estaban exultantes ante la vuelta al poder del líder socialista.