DAVID CERDÁ,
Dejen que les presente a Laín García Calvo. No suelo enlazar las salas de ordeño de los majaderos, pero esta vez lo hago porque estoy seguro de que en caso contrario usted, querido lector, no me creería. Guaperas excampeón de España de natación con su coleta y colgante en ristre, Laín se vende como mentor espiritual y aparece en su web abrazando a mujeres sobre el fondo promocional «Bendecidos para bendecir». Su «tesis» es una variante de la de Rhonda Byrne —autora de El secreto— y otros tantos gurúes: lo mental-espiritual causa lo material, y repetir fórmulas mágicas y soñar con intensidad llega a producir que se cumplan nuestros deseos: «Haz lo que te enseño a hacer y el campo cuántico traerá su correspondiente en vibración de vuelta hacia ti», sostiene el maestro, que afirma que ha vendido más de un millón de copias de sus libros —treinta publicados—, que publicita como manuales de entrenamiento en ciertos «secretos revelados».
«Laín» —no se fíe nunca de un tipo que habla de sí mismo en tercera persona— «tuvo siempre una DIVINA OBSESIÓN: Convertirse en su mejor versión Mental, Emocional, Física, en Relaciones y por supuesto, Económica; para poder DAR lo mejor a los demás» [N.B.: transcribo la grafía y puntuación de García Calvo en todas sus citas]. Ha invertido, dice, cerca de 100.000 euros en formación durante los últimos 15 años, y leyéndole uno entiende que en el cómputo ha debido incluir los bares. «En los últimos años, LAIN ha transformado la vida de más de 50.000 personas en vivo, durante su evento INTENSIVO ¡VUÉLVETE IMPARABLE!. Dos días mágicos donde las personas reciben bendiciones en forma de revelaciones, planes, estrategias, experiencias únicas y transformadoras».
Laín ha montado una «Comunidad de almas imparables»; y con qué complementos. Eventos multitudinarios. Planificadores de Acción Masiva (libretita «Millonario») a 35 €. El Colgante Orar Sin Cesar (O.S.C.: «Así que si puedes REPETIR y generar la EMOCIÓN, entonces con el tiempo… “lo recibirás”, porque tarda un tiempo y por eso en la frase de Jesús, ese “recibirás” es en futuro»), 50 €. CD de canciones «Eleva Tu Vibración», 20 €. Esencia Vuélvete Millonario, Superpack Doble, 120 €. Y la joya de la corona, su Agua Almática, 18 €, que se activa en cuatro pasos: «1. Llenar la botella de cristal de LA VOZ DE TU ALMA (nunca de plástico) con agua del grifo; 2. Deja la botella sin tapón (esto permite que las energías, colores, frecuencias y elementos necesarios, se agreguen al agua); 3. Expón la botella con agua al sol por al menos una hora, si el sol está fuerte; y 4. Después de preparada, se puede añadir a otras botellas de agua y podrás beberla, darle a tus animales, regar las flores, bañarte con ella, etc.». Laín también es mentor; en concreto, regenta una «mentoría privada de negocios» sobre «la energía del dinero».
Vamos a dimensionar el problema. Instagram, 1,5 millones de seguidores. TikTok, 1,2. Facebook, 1,5. Twitter no, probablemente se tuvo que bajar porque ahí la gente replica y molesta. Y sí, lo que usted sospechaba: también está en LinkedIn.
Su obra maestra se llama La voz de tu alma. Yo quisiera que usted le echara un vistazo, pero, por favor, no lo compre; bucee en la red y obtendrá las suficientes muestras. Hablamos de un texto con faltas de ortografía de primaria y muy serias complicaciones para enlazar, en cada página, sujeto, verbo y predicado. Un absoluto disparate de citas bíblicas y sapienciales —la mayoría inventadas— que se dirían escritas bajo los efectos de alguna sustancia. Afirma Laín haber leído más de setecientos libros sobre la materia para preparar su obra, y por lo leído yo le puedo asegurar que a los que cita no se ha acercado a menos de dos kilómetros de distancia. Su discurso es egotista, infantil y tan demencial que parece humorístico. Pero Laín no tiene precisamente un problema de autoestima, ni siquiera literaria: como explica en su web, podrá usted contratarlo para que le ayude a escribir tu bestseller.
Conviene tener en mente a Laín y a sus discípulos cuando veamos las cifras de libros que leen los españoles, porque los suyos también computan; y que el libro del año en «no ficción» de 2021, con unas doscientas mil copias vendidas, fueron las memorias de Paz Padilla. El texto de Laín tiene hasta reseñas. Muchas. Algún iluminado auxiliar lo denomina «la biblia de la metafísica de las leyes del universo». De nuevo, a mi pesar, dejo trazas de estos pobres diablos porque si no usted que me lee no me creería. También tiene una valoración de 4,5 sobre 5, en base a mil y pico valoraciones en Amazon.
Seamos honestos: esta clase de bocachanclas lo tenía imposible a principios de siglo. En tanto negocio, el suyo no existía. No hablamos de videntes de chichinabo, ni de gente subida a un cajón en un parque o predicando entre tetrabriks de Don Simón en una oscura callejuela, es decir, de enfermos que piden nuestra misericordia: hablamos de la mentira más gruesa ingresando millones por PayPal y VISA. Zumbados adaptados o desadaptados los ha habido siempre; lo que hemos creado con esta por otro lado maravilla llamada internet son las redes sociales que permiten unir los puntos para que toda estos avispados triunfen. Vuelven los vendedores de crecepelos; los del Lejano Oeste eran unos aficionados al lado de esta gentuza que va por ahí citando a Buda, Jesucristo y Tomás de Aquino como si vivieran en su rellano.
Además de un sinvergüenza, Laín es un síntoma. Un síntoma de hasta dónde hemos llegado en nuestro progresivo abandono de la educación y la cultura, y en nuestro consiguiente reavivar y extender masivamente la credulidad más idiota. Un síntoma de cómo hemos no ya descuidado, sino sencillamente laminado el pensamiento crítico en nuestros sistemas educativos. Las alimañas ven esas rendijas en las cabezas y los corazones de este país (y en los de nuestros hermanos de Sudamérica) y empiezan a hacer caja de forma masiva. Además, esa gente que compra a Laín también vota, y su derecho, faltaría más, tiene. Pero es nuestro deber recordar que estamos construyendo un mundo donde tipejos así prosperan, y o nos ponemos las pilas o esto se va a poner realmente feo.