Los recientes movimientos de las FARC demuestran que en Colombia nunca hubo acuerdo de paz ni desmovilización. El excomandate de esta narcoguerrilla, alias ‘Jesús Santrich’, volvió a aparecer y trajo consigo un nuevo mensaje plagado de belicismo, con el que da a conocer que la supuesta disidencia de las FARC-EP llamada la «Segunda Marquetalia» refundará el bloque armado Martín Caballero.
De acuerdo con la revista Semana, esta unidad reemplazará al conocido bloque Caribe de las FARC y que fue comandado por ‘Iván Márquez’ y ‘Jesús Santrich’ en su momento. Según el comunicado, que fue divulgado por las redes sociales, los coordinadores de las unidades guerrilleras de las FARC-EP (Segunda Marquetalia) de la región Caribe se reunieron “entre los días 4, 5 y 6 de marzo” para adelantar la “agenda de trabajo”.
Esto indica que los autodenominados como la «Segunda Marquetalia», llamada «Narcotalia» por el Gobierno colombiano, estarían planeando esta refundación que podría dar paso a un mayor número de actividades ilícitas.
La criminalidad de las FARC continúa en su apogeo
El secuestro sigue. El narcotráfico también. Y la extorsión, sin duda. Ninguna de las operaciones ilícitas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se apagó con los acuerdos de paz firmados entre la organización guerrillera y el gobierno de Juan Manuel Santos. Ahora sus fechorías se ejecutan a través de la llamada «Segunda Marquetalia», el frente que reagrupa con otro nombre a la «disidencia» de las FARC para seguir delinquiendo.
Pronto, en agosto, cumplirá dos años. Se constituyó por Luciano Marín alias ‘Iván Márquez’, Hernán Darío Velásquez, alias ‘El Paisa’, Seuxis Pausías Hernández conocido como ‘Jesús Santrich’ y Henry Castellanos Garzón alias ‘Romaña’.
Ellos, junto con antiguos comandantes de varios bloques y columnas móviles de las FARC, retornaron a las armas alegando “traición del Estado a los acuerdos de paz”. Sin embargo, eso no fue un argumento, sino una excusa para continuar con sus actividades delictivas porque esta “guerrilla nunca entregó el caudal más importante de sus armas y esas armas las ha venido usando la nueva Marquetalia sobre el territorio venezolano, donde se despliegan con armamento poderoso”, afirma Sebastiana Barráez, periodista especializada en la cobertura de la fuente militar, en entrevista con PanAm Post.
Mentiras con firmas
Así la paz quedó en el papel. Y la evidencia de ello es que las “FARC no tenían intenciones de sumarse al proceso de paz más allá de ganar tiempo para continuar con su actividad más lucrativa que es el narcotráfico, no solamente con la protección y el cuidado de los cultivos de amapola de los carteles colombianos, sino con el transporte de la cocaína que utiliza a Venezuela como territorio de paso, como puente”, explica Barráez.
Del mismo modo, la reconocida periodista explicó que «el proceso de paz no era más que una estrategia para tratar de salvarse después de que el plan Colombia debilitó a la guerrilla colombiana”. Por ello, asegura que “las FARC siguieron funcionando y las disidencias que aparecen con la Marquetalia les da la oportunidad de mantenerse”.
Al origen como táctica
Marquetalia es una vereda ubicada en el municipio de Planadas, en el departamento de Tolima en Colombia. La zona es considerada la cuna de las FARC, porque desde ahí Manuel Marulanda Vélez y Jacobo Arenas se alzaron en armas y fundaron el grupo en 1964 conocido en sus inicios como Bloque Guerrillero del Sur.
Ahora quieren traerla al presente como una “autojustificación” para levantarse en armas, como ocurrió en aquel momento evocando el nacimiento de un movimiento guerrillero, con la nueva etapa de las FARC desde este frente, señala un artículo de El Tiempo. Es cierto y en un video de media hora lo dejaron al descubierto.
Sin embargo, el contexto que enfrentan no es el mismo. Casi seis décadas después, el mapa político luce caótico y fragmentado para sus intereses.
La señal que dio este martes ‘Santrich’ apuesta a que el frente aglutinará, por el peso histórico de sus comandantes, a las fragmentadas estructuras disidentes que se reparten por el país y así conformarían una guerrilla tan poderosa y violenta como lo fueron las FARC. Otras versiones asumen que buscarán una alianza con el ELN y otros suponen que, al ser un grupo de caciques guerrilleros pero sin tropa, están condenados a la insignificancia.
El balance hoy es que la organización no es considerada el mayor actor armado del país por solo reunir a unos 1000 hombres, pero cada vez juega un rol más importante en el escenario del crimen.
Planes de expansión
La Marquetalia tiene planes nacionales y su presencia es más fuerte en Nariño, Cauca, Antioquia, Casanare, Vichada y Arauca. Estos departamentos tienen en común que son importantes centros de producción de cocaína y que por allí pasan rutas del narcotráfico hacia Centroamérica y Venezuela. Y en cada región, a su vez, tienen confrontaciones con otras estructuras delincuenciales.
Otro objetivo del grupo de ‘Márquez’ es el norte del Cauca, la zona con más cultivos de marihuana del país, y que tiene una salida al Pacífico, así como también el eje de expansión en los Llanos Orientales, claves por la salida hacia Venezuela, donde hay una fuerte presencia de las disidencias de Gentil Duarte, junto a sus lugartenientes ‘Iván Mordisco’ y ‘John 40’.
Hacia allá van sus apuestas. La meta sería establecer acuerdos con los grupos FARC para incrementar su base de combatientes y de economía irregular, divulga Insight Crime. Con el paradero desconocido de Márquez y de sus unidades, el movimiento para lograr su cometido se torna “silencioso”.
Una extraña medida
Las FARC, sumadas al Ejército de Liberación Nacional (ELN), están en Venezuela, y en los últimos meses, el régimen de Nicolás Maduro hace frente a estas guerrillas pero lo hace con pinzas. Intereses y estrategias se conjugan porque “mientras enfrenta a las FARC no lo hace contra el ELN”, revela Sebastiana Barráez a PanAm Post.
Las hipótesis surgen. Los ataques de la Fuerza Armada en los estados venezolanos de Apure y Amazonas pretenderían expulsar a la Marquetalia del territorio. Tienen un objetivo para los funcionarios castrenses del chavismo y se trata de tomar el control de la zona, así como los negocios del narcotráfico del lado venezolano o abrir el camino al Ejército de Liberación Nacional para que lideren las acciones.
Cualquiera de los dos escenarios es grave y convierte a Venezuela en “el mayor elemento de amenaza para Colombia porque todos los días, los grupos irregulares crecen en territorio venezolano y cuentan con la posibilidad de movilizarse a sus anchas tranquilamente armados”, subraya Barráez.
Sin vida política
El enquiste en el monte del excomandante Márquez de las FARC con la Marquetalia y la violencia en contra de sus excombatientes se genera en medio de la convulsión que vive el partido conformado por la supuesta disidencia —que pasó de llamarse Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC) a simplemente Comunes— debido a su rechazo en las ternas para las presidenciales del próximo año.
Si bien el acuerdo de paz les aseguró 10 curules en el Congreso por dos períodos, será para las elecciones de 2026 cuando ese tema deje de surtir efecto y para entonces el desafío es que la tolda supere los umbrales mínimos para no perder la personería. Apenas quedan cuatro años y medio para la fecha clave y, por eso, han comenzado a buscar mayor protagonismo en las tendencias alternativas. Pero la respuesta no ha sido la deseada por los exguerrilleros que intentan incursionar en la política.
Para 2022, los espectros de centroizquierda e izquierda tienen como meta principal, además de hacerse con la Presidencia, ser una fuerza determinante que alcance mayorías en el Congreso. El partido Comunes pide pista para hacer parte de alguna de las convergencias para este fin, sobre todo la de izquierda, que lidera Gustavo Petro pero los diálogos interpartidistas, no les habrían abierto las puertas. Quedará esperar si su destino es de nuevo los uniformes y los rifles.
Fuente: PanamPost