El régimen de Nicolás Maduro ha anulado unilateralmente las concesiones que existían para el manejo de muchas gasolineras y está entregándolas a un grupo de inversionistas que nadie conoce y bajo un manto de secretismo. A través de la Ley Antibloqueo, que le otorga a Maduro plenos poderes, el presidente ha firmardo nuevos contratos sin pasar por el control del Legislativo, el secreto se legitima y además lo exonera de las licitaciones. En un artículo, el analista petrolero José Toro Hardy explica que «los surtidores de gasolina del país son comprados a un solo proveedor chino, lo cual aumenta las sospechas de que allí pueda existir un negocio oscuro».
Fuente: ABC